¿Alguna vez habéis pensado cómo debe ser despertarte en la vida de otra persona? Sentir las desgracias del resto del mundo, vivir de primera mano el sufrimiento de un judío en plena segunda guerra mundial o abrir los ojos y encontrarte en una camilla rodeado de otros niños con cáncer que te miran con sus ojos vacíos. A veces pienso cosas así, últimamente pienso en muchas de las cosas de las que Jack me habla, me gusta su forma de pensar. Ayer mientras desayunábamos me explicó que realmente nadie puede llegar a sentirse tan libre como una persona con cáncer, me dijo que una persona que sabe cuantas horas le quedan de vida será capaz de hacer todo a cuanto se niegue el más valiente de los valientes. Poco a poco voy dejando de sentir mis dedos entumecidos por el frío, estamos en pleno invierno y nieva, pero Jack no quería cancelar lo de esta noche, dice que cada noche de acción es importante para una mejor evolución. Escucho un ruido detrás de mí, me giro y veo como un coche a gran velocidad se estampa contra la entrada del Starbucks que tengo al lado destrozándola por completo, Jack baja del coche con un bate en la mano y mientras me pasa otro me dice que no piense en que esto es simple vandalismo, me dice que estamos ayudando a la humanidad a evolucionar y que somos héroes sin reconocimiento, tras decir esto empezamos a destrozar la cafetería y no tardamos en irnos. Jack es una persona interesante.
