Era la hora del descanso, salí de mi clase de químicas y te encontré debajo de un árbol con tus ojos clavados en tu móvil.
Me acerque cuidadosamente y me senté a tu lado, suspiraste triste y apoyaste tu cabeza en mi hombro.
—Las autoras me hacen sufrir.
—Esa aplicación es una adicción.
—Lo sé ¿Almorzarías conmigo?
—Claro.
Caminamos en silencio hasta que entramos en el edificio.
— ¿Cómo está tu padre?
—Igual.
—Se pondrá mejor.
—Eso espero.
Mirarte mientras hablabas rápido sobre como Elle se enamoró de Douglas, era hermoso. Te veías feliz y eso me hacía feliz a mí. Aunque no entendiera un carajo de que estabas hablando.
En la tarde no fuiste a la biblioteca, tenías que cuidar a tu padre, pero pasaría por ti a las seis para ir al supermercado.
Y eso me gustaba.

ESTÁS LEYENDO
La de trenza y liston.
Short Story"Él la quiso desde el principio, siempre, a ella, a su trenza y a su listón".