D I E Z

997 98 4
                                        

Era la hora del descanso, salí de mi clase de químicas y te encontré debajo de un árbol con tus ojos clavados en tu móvil.

Me acerque cuidadosamente y me senté a tu lado, suspiraste triste y apoyaste tu cabeza en mi hombro.

—Las autoras me hacen sufrir.

—Esa aplicación es una adicción.

—Lo sé ¿Almorzarías conmigo?

—Claro.

Caminamos en silencio hasta que entramos en el edificio.

— ¿Cómo está tu padre?

—Igual.

—Se pondrá mejor.

—Eso espero.

Mirarte mientras hablabas rápido sobre como Elle se enamoró de Douglas, era hermoso. Te veías feliz y eso me hacía feliz a mí. Aunque no entendiera un carajo de que estabas hablando.

En la tarde no fuiste a la biblioteca, tenías que cuidar a tu padre, pero pasaría por ti a las seis para ir al supermercado.

Y eso me gustaba.


La de trenza y liston.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora