-Las patrullas de la policía se escuchaban afuera de mi casa, los colores azul y rojo de sus autos iluminaban mi mediana casa ¿Asustada? Jamás.
"Salga ahora mismo, es una orden... O entraremos a su casa"
-Gritaban y gritaban, yo estaba dispuesta a salir, pero... ¿Cómo iba a salir hecha un asco? Tengo que estar linda para los nuevos compañeros de cárcel. Tomé un sandwich y una cajita de jugo de naranja y salí tranquilamente de mi casa, sin ningún temor, no estaba asustada.
"Vamos, Suba al auto ahora, sin ningún reproche, y más le vale no estar armada"
-Ví al oficial de reojo y era muy candente, un cabello castaño con un rizo que caía por su frente, unos ojos color pardo y sus labios eran perfectos.
"Valla, valla -dije- tan guapo y caliente, ¿por qué tuviste que ser mi oficial?"
-Vi como se mordió su labio, quiso pasar desapercibido, pero no le funcionó. Estaba sonrojado y nervioso, sonreí ante ello. Una pistola hizo que arqueara mi espalda, tranquilos no me dispararon, solo me querían hacer caminar, me hicieron agachar mi cabeza para poder entrar al auto, cerraron la puerta de la patrulla, para mi suerte, le alcance a guiñar un ojo a mi candente oficial, él como respuesta me lanzó un beso ¡Valla oficial!
-Al llegar a la cárcel todos me vieron gruñí como respuesta ¡odio llamar la atención! Algunos tipos me miraban con picardía, otros con confusión, estaba muy concentrada en mis pensamientos hasta que un duro pecho chocó con mi rostro, levanté mi vista y dos palabras "Madre" "mia", unos preciosos ojos azules viajaron a los míos, escuché como fondo unos "Uhh" a coro de los delincuentes, vi como el tipo gigante ojiazul me miraba molesto, yo solo le sonreí inocentemente, le lancé un beso con mi mano y me fui.
-Yo y este tipo tendremos muchas discusiones, pero creo que no será tan malo... Veamos que tal me va con él, Bajo las rejas.
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Bajo Las Rejas • Andy Biersack
Romance-Rachell Gallagher, con tan solo veintidós años es metida a la cárcel ¿el motivo? Es un misterio completamente difícil de descubrir. -Algunos de los delincuentes de aquella horrorosa cárcel hacen lo imposible por descubrir el motivo, siempre se pre...