UNO (Irina)

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Me dolían los nudillos, como no dolerme después del puñetazo que le di a aquel árbol.

Lo odiaba, joder, y como lo hacia, ¿Quién se creía para hacerme esto? 

Tenía toda mi vida perfectamente planeada desde que cumplí los 10 años de edad, mis horas del día estaban prácticamente destinadas a horas y horas de estudio y cenas o almuerzos familiares los fines de semana. Me propuse la idea de convertirme en una persona exitosa y si tenia que soportar a mis padres y a profesores aburridos con tal de lograrlo, sin duda alguna lo haría. Estoy en la mitad de mi primer año de universidad, estudio Licenciatura en criminología y criminalística, siempre me gustaron los crímenes y todo lo que esta relacionado a ello me resulta fascinante.

Y bien aquí estoy, parada frente a este estúpido árbol y todo por culpa de ese maldito profesor. Lo odio tanto, siempre lo hice y podría jurar que el sentimiento era mutuo ¿Quién se creía el para ponerme un 6 un jodido 6? nunca en mi vida había sacado menos de 8, esa nota para mi era fatal. No sé lo que sucedió, mi ensayo sobre Hans Gross era perfecto, tenia 10 paginas y el solo había pedido 5 y para colmo no tenia un solo error ortográfico ¿Qué más quería de mi?.

Pobre de Julia, mi compañera de habitación que tendrá que soportar mis sermones y mi mal genio hoy porque sin duda el Profesor Dunne acaba de arruinarme el día.

Estoy tan molesta que no puedo evitar darle una patada a aquel árbol.

-El árbol no tiene la culpa

Me doy la vuelta para ver quien se pudo haber atrevido a dirigirme la palabra en estos momentos. Y entonces lo veo, tiene puesto unos jeans no tan ajustados y una camiseta de un equipo de fútbol local. Su cabello esta perfectamente despeinado y es lo mas sexy que apuesto veré hoy. Sus ojos están mas azules que nunca y lo único que logro decir cuando me mira directamente a los ojos es un:

-¿Cómo?

-Que el árbol no tiene la culpa de tus problemas o ya sea que tengas para que le propines patadas.

¡Oh por todos los cielos lo que me faltaba! un chico defensor de las pobres plantas. Pero mi pregunta es ¿Desde cuando Dominick Jones se interesaba en plantas? Este idiota esta tramando algo. 

-¿Quien te has creído tu para venir a hablarme?- digo de forma muy grosera

-El rey del mundo ¿tal vez?- dice el esbozando una sonrisa

-No me molestes- digo cada vez mas enfadada

-¿Sabes quien soy?- pregunta el con un tono un poco molesto

¿Sabes quien soy? vaya pregunta, por supuesto que sabia quien era, como no saberlo si era mi peor enemigo el primero en mi lista negra de personas a quien posiblemente llegara a asesinar después del profesor Dunne, claro.

El chico guapo ¡mierda! como me costaba admitirlo que estaba parado observando cada uno de mis movimientos era Dominick el ser mas despreciable y a la vez inteligente del mundo. Era mi competencia. Yo lo conocía y el me conocía, como no si somos compañeros. Pero básicamente nos centrábamos en ignorarnos el uno al otro.

-Sé quien eres imbécil- digo 

-Lo sabes eh?- dice el con una media sonrisa 

 -Podrías dejar ya de molestar? tengo cosas mas importantes que hacer

-Si, si ya lo haré Duquesa, solo quería proponerte un trato

-Trato? sabia que ibas a necesitar algo, pero no me interesa a si que lárgate de una buena vez- no me considero una persona que siempre esta atenta escuchando cosas que se que no me van a interesar y que no me traerán ningún beneficio en absoluto.

-Eres imposible de tratar Irina ¿es Irina cierto?- Jesús! ni siquiera esta seguro de mi nombre, creo que con eso a incrementado el odio en un 10% mas. 

-¡Vete! no, mejor no, yo me iré, adiós- digo con tanta fuerza apretando los puños, es que ya no puedo soportarlo mas. Estoy apunto de noquearlo.

Sin lugar a dudas, este entrara al récord del peor día de todos para Irina Davies.

 Salgo echando humos de aquel lugar dirigiéndome directamente a mi habitación, espero que Julia se encuentre allí, es una buena persona con quien puedes descargar tu ira.





Todo fue culpa tuyaWhere stories live. Discover now