Eme aquí, en el lugar en que nunca pensé estar; Nerviosa, a punto de hacer lo que nunca pensé que haría alguna vez; pero una promesa es una promesa, una apuesta, como tal, es una apuesta y debo cumplirla.
Hay muchas chicas a mi alrededor, maravilladas con él y sus amigos. No era para menos, la genética había sido demasiado buena con ellos.
Ellas les sonríen, les coquetean sin discreción, mientras yo estoy aquí, esperando por saludarlos al menos; Ellos son muy queridos por mí, no sé si yo soy querida por ellos.
Tomo una gran bocanada de aire, mi rostro se torna al carmesí, mis manos sudan.
Camino hacia él , pierdo la fuerza en mis piernas y éstas comienzan a temblar.
Mi boca se seca y mi respiración se agita. Mi corazón late tan rápido que creo que reventará.
Estoy frente a él, no puedo respirar.
Él me sonríe y se acerca para que yo le salude con un beso en la mejilla.
Debo terminar con esto y huir...
Le tomo de los hombros y le planto un tímido y pequeño beso en la boca. Sé que lo tomó completamente desprevenido... quizá hasta se atreva a empujarme y a gritarme en cuanto reaccione.
Mi corazón se detiene. ¡¿Qué esta haciendo?!
Él acaba de enredar sus dedos en mi cabello, correspondiendo a mi beso de una forma más necesitada que la mía. Le toma unos segundos apartarse de mi.
Estoy temblando, sorprendida por su reacción, totalmente deslumbrada. Lo miro a los ojos.
-Yo...-hablo en un susurro apenas- lo siento.
Me fui de la habitación en donde estábamos e hice de mi refugio temporal la habitación siguiente.
Me senté en una esquina, analizando cada segundo de lo que había pasado hace apenas un minuto.
-Sé que estas aquí - lo oí decir. ¿Él me está buscando?. ¡¿Por qué?! ¡¿Para qué?! "Seguro me va a reclamar". Mejor me quedo callada, quizá no me vea y se rinda.
-Aquí estas - lo vi entrar, mirándome con una expresión que yo no reconozco. No digo nada, simplemente me sonrojo y miro estupefacta. - ¿por qué has huido? - él se inca para llegar a mi altura.
-Lo siento - es lo único que apenas puedo murmurar, mi respiración falla por el nerviosismo.
-¿Por qué lo sientes?, ¡Me ha fascinado!, ¿sabes cuánto he estado esperando sentir lo que sentí hace un minuto contigo? - Sé que mi expresión era de una autentica y total confusión porque él rió y lo siguiente que hizo no me lo esperé jamás. Volvió a besarme por un tiempo más prolongado que el anterior y entonces todo se esfumó, solo él y yo, solo las sensación de sus labios expertos con mis labios torpes quedaron.
- Por fin te encontré - me sonrió - ¿sabes cuánto tiempo llevaba buscándote?
-¿Mucho? - pregunté.
-Mucho- asintió y sonrió de la manera en la que solo él sabe hacerlo.
Respiré profundo y saqué el suficiente valor de no sé dónde para decir...
-¿Sabes cuánto tiempo he estado enamorada de ti? - le pregunté.
-¿Mucho? - respondió, sus ojos brillaron.
-Muchísimo - asentí.
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La mejor apuesta hecha
Short StoryOne Shoot "Yo era una entre todas a punto de hacer lo que ninguna"