Sweet Attraction. [Attraction #2]

Capítulo 1: Diferente a los demás.

Narra Eleonor.

Un par de meses atrás...

-Estoy cansada, Carter, no puedo seguir así -Suspiré mientras sentía como mi interior se retorcía en contra de lo que estaba a punto de decir-. Yo no soy lo que necesitas, jamás seré lo que necesitas y mucho menos quiero convertirme en lo que necesitas. No puedo, lo siento.

-Siquiera me vas a dejar hablar, Elle -Carter me observaba, esperaba a que le dejara una ventana abierta pero ya era tarde. Me había cerrado herméticamente y no había manera de que retrocediera en mi decisión. No me convertiría en mi madre-. Si no me escuchas, jamás sabrás que es lo que necesito o quiero o si me importa una mierda lo que mis padres creen que necesito.

-No digas eso de tus padres... -No era la idea de que él me eligiera sobre ellos. Me quejaba de mis padres pero aún así los amaba.

-Diré lo que quiera de mis padres porque toda mi vida decidieron lo que debería ser de mi vida sin preguntarme, me molesta que se metan en esto también, Eleonor. Yo, yo... No me pidas que me aleje -Él dejó ir un suspiro de derrota que partió un poco mi corazón. Lo quería demasiado como para verlo sufrir-. Tal vez me apresuré a pedirte que fueras mi novia, no lo sé. Pero no intentes alejarme... No podría...

-Sólo te estoy pidiendo que no nos involucremos más, por favor -Sentí las lágrimas pinchando en mis ojos, dispuestas a salir. No puedo hacerlo-. No podría alejarme de ti aunque quisiera.

- ¿Entonces por qué no dejar que las cosas sucedan? ¿Por qué no seguir como hasta ahora en esta especie de acuerdo que ambos teníamos? -Porque sigue siendo una relación por más que no le hayamos puesto un título- Vamos, Elle, sabes que no soy el único que lo disfruta.

-No puedo con esto, no quiero seguir... -Suspiré, sintiendo como la derrota se apoderaba de mí- Esto me hace mucho daño, Carter, no... no puedo...

Cerré los ojos con fuerza y me di la vuelta para irme. No podía seguir con esto, no lo haría. Quería a Carter para algo más que una simple amistad y no podía tenerlo. No con lo que eso implicaba, no con lo que su familia esperaba, no sabiendo que para eso debía convertirme en algo que me había jurado jamás ser...

En la actualidad...

Ryan me observaba cada tanto mientras conducía por la calle. Era mi cita para la fiesta a la que papá me estaba obligando a asistir sólo porque White había tenido la brillante idea de llevar a Vera a la misma. Habíamos sido compañeros de estas cosas desde aquella noche de caridad en la que Sally y Noah se dejaron de jueguitos y de una vez por todas se habían dado un buen beso. Que no daría yo por uno de esos. Estaba teniendo unos días particularmente raros, en los que me costaba ver a Sally toda dulce y tierna al lado del chico Specey. Y sabía perfectamente que no era la única.

Mi acompañante me regaló una sonrisa radiante cuando giré la mirada y lo atrapé mirándome fijamente. Ryan era un muy buen amigo, uno que había conseguido luego de que ambos pasáramos una noche enredado entre sábanas disfrutando de lo único que ambos podíamos brindarle al otro. Un poco de diversión jamás venía mal luego de estas malditas funciones de circo. Y definitivamente lo eran. Miles de personas presumiendo todas sus posesiones materiales, con un sinfín de nombres en sus familias y lo importante que era tener un auto último modelo.