Capítulo 29: Let's play

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Es loco, que caer sea como volar por un pequeño instante.

Logré abrir mis ojos, todavía veo mal, todo parece salido de una película en blanco y negro. Mi madre me está mirando mientras sostiene un vaso con agua y me habla, pero no la logro entender.

Me incorporé un poco, pero con todas mis fuerzas, para poder tomar agua. De a poco fui recuperándome, hasta poder ver todo a color.

-¿Quieres que llame a un médico? -oí decir a mi madre. Me costó un poco procesar lo que decía.

-No, ya estoy bien -consigo responder.

-¿Porqué te desmayaste? ¿Comiste hoy? -empieza a decir mi madre.

-Déjate de tonterías, claro que comí -mentí.

-Bueno, vamos, entra así comes algo dulce, seguro te bajó la presión, nada más.

Comí algo dulce y ya me sentí mejor. Nunca me había desmayado, de todas formas no debo haber estado desmayada mas de dos minutos. Supongo que fue porque no había comido nada en el día, y obviamente por que discutí con Valentina.

Mi madre se empezó a preocupar cuando yo no quería comer, y eso me hacia enojar mucho. De todas formas no paso mucho tiempo en mi casa, así que no me podía controlar mucho.

He adelgazado 5kg desde que comenzó el año, no es que me importe mucho. Cualquiera diría que tengo problemas alimenticios, no saben que a veces la causa es algo mucho más profundo que no querer engordar. Tengo ansiedad y a veces ni siquiera puedo dormir. En lo que menos pienso, es en querer comer.
¿Porqué voy a comer si ni siquiera tengo ganas?

Julieta me habló para salir, pero le dije que no. Ya no tengo ganas de salir con ella...simplemente me di cuenta que no tenía sentido.

Dos meses desde que ya no hablo con Valentina. Se siente raro.

Ya falta poco para terminar el año, aunque falta la parte más difícil del año, los exámenes de la facultad.

El día a día se hace difícil, y ni siquiera se porque. Quizá el problema sea yo. Siempre sumergida en problemas. Ni siquiera se si son problemas, simplemente no hay nada que me vuelva a hacer feliz.

Siento como que si yo misma estuviese esperando a una Elisa que nunca llegará ¿O si?

Hablo con Elisa casi todos los días, me hace sentir mejor, pero todavía no me puedo abrir con ella. No después de todo lo que he hecho en su ausencia.

Estoy a la salida de la facultad, cuando de pronto veo a Valentina ¿qué demonios hace aquí? Está sentada en la escalinata, está sola por lo que deduzco que espera a alguien. ¿Me espera a mi? No digas estupideces Martina...

Decidí pasar a unos metros de ella, con suerte no me vería.

-¡Martina! -exclama Valentina. Joder...lo que faltaba.

Me di vuelta, fingiendo estar sorprendida.

-Hola Valentina -Dije dirigiéndome hacia ella.

-¿Cómo estás? tanto tiempo. ¿Tienes tiempo para charlar un rato? -pregunta Valentina muy sonriente.

-Si, tengo tiempo. Y bien ¿porqué viniste a la Facultad? -pregunto con curiosidad.

-¿porqué vine? -repite Valentina -Estoy esperando a un amigo, pero sale un poco mas tarde.

No sé porqué, pero me suena a mentira, aunque tampoco tiene sentido que haya venido para verme a mi. Valentina no sabe a que hora salgo hoy, dudo que se haya quedado horas esperando a verme.

Hablamos un rato, y parece que Valentina no me guarda ningún tipo de rencor ni está enojada. Supongo que solo esperaba a que yo le hablara, quizá por fin se dio cuenta que me estaba asfixiando un poco.

Luego de ese día, Valentina y yo volvimos a hablar más seguido, aunque parezca mentira, me alegra. A veces creo que es la única persona que se preocupa por mi...

Es sábado por la noche, no tengo absolutamente nada para hacer.

Acabo de recibir un mensaje de Valentina:

Quieres salir? Voy a ir con un amigo a bailar, si quieres ven a casa y nos vamos juntas. El baile empieza a las 12 de la noche.

No tengo nada para hacer, ¿porqué no ir? Hace semanas no salgo.

Son las 12 de la noche y ya estoy con Valentina en el baile junto con su amigo, que al parecer se conocen de la facultad.

Me puse a bailar con Valentina, no estábamos demasiado animadas. Había mucha gente pero solo la conocía a ella. De pronto vino el amigo de Valentina, se llamaba Emanuel.

Fuimos a tomar algo, y el nos enseñó una pequeña bolsita con polvo blanco, que nos estimularía.
Valentina no probó, pero me dijo que era seguro si yo lo hacía.

Al principio dude en aceptarlo, pero Emanuel parecía confiable y además tenía ganas de escapar de mi realidad, de olvidar mis problemas.

-Lo traje de Ibiza, es bueno, no te preocupes. Tienes que mojar tu yema del dedo y meterla en la bolsita, y luego que el polvo se pegue, lo pones en tu lengua -me dice al oído Emanuel.

La probé, al comienzo no sentí nada, pero luego de los 10 minutos empecé a sentir mi cuerpo más flojo, la música y las luces más fuertes. Sentí un mareo pero no muy fuerte, y una notoria relajación.

Comencé a bailar con Valentina, y empecé a acercármele más. Valentina se dio cuenta rápido de mi cambio, y se dejó llevar. Sentí su respiración más agitada, podía oler su perfume.

Nunca me sentí tan relajada, en ese momento nada me importaba. No podía dejar de mirar a Valentina de una forma que no quería, pero estaba demasiado excitada. Bailaba como si la música ya estuviese incorporada en mis movimientos. Solo me concentraba en Valentina.

Todo lo que estaba a mi alrededor dejo de importar. Comenzamos a besarnos en la pista, luego Valentina me tomó de la mano y me condujo hacia la salida.

-Vamos a mi casa, ¿ok? No me gusta que estés así aquí -me susurro Valentina mientras pedía un taxi.

-Esta bien -logré contestar.

Casi no mediaba palabras, no hace falta, solo me dejo llevar por mis sentidos y por Valentina.

Estamos en su casa, mas precisamente en su cuarto...

Mi mente me dice que pare, pero mis instintos me obligan a seguir.

¿Me podré controlar?

DISCULPEN LA DEMORA CHIC@S! Estoy haciendo todo lo posible para actualizar todas las semanas, no me maten si es muy corto el capítulo :) tampoco quiero publicar algo que no tenga sentido así que trato de que todo lo que va a pasar pase, pero relatado sin tantos detalles.
No se olviden de votar el capítulo si les gustó *-* y que amo sus comentarios

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