21. Marco

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(17 años antes)

Los celos se apoderaban de ella. Podías llegar a pensar que dentro de ese cuerpo no había un alma, sino algo oscuro y contagioso. Algunos dicen que si los celos no existen no sabes si la persona con la estas te quiere. Pero lo que estos no saben es que la solución a esta grave enfermedad es la confianza.

Alison no estaba del todo feliz con su marido. Ella lo amaba y moriría por él, pero algo le provocaba un poco de infelicidad. Si Marco sonreía con alguna chica como agradecimiento o decidía salir con sus amigos de trabajo, ella se lo negaba. Un día, esa enfermedad se apoderó más de su cuerpo. Como consecuencia Alison se acostó con otro hombre y lamentablemente fue descubierta. Tal vez si nadie se hubiese dado cuenta del grave error que había cometido ella no hubiese abierto los ojos.

Marco se negó a perdonarla, simplemente le dijo algo que le marco toda su vida: "Si realmente me querías, si realmente estabas enamorada de mí no me hubieses hecho esto. Y aunque no me amases no lo harías por tu hijo." Con estas dos últimas palabras abandonó el hogar.

Víctor estuvo viendo a su padre durante dos años hasta que el juez decidió darle el derecho a la madre. Ella por un momento pensó que estaba loca. No se podía creer lo que había hecho. Hizo que su marido se fuese, por su culpa lo prohibió de ver a su hijo e hizo que no supiese nada acerca de su embarazo. Iba a ser padre por segunda vez.

A medida que pasaba el tiempo, Alison mentía cuando sus niños preguntaban acerca de su padre. "Él se tuvo que ir" decía. Melanie aceptó aquella mentira, pero Víctor se negaba a hacerlo.

(Actualidad)

El Sol me impedía abrir los ojos, pero con un poco de esfuerzo lo conseguí. No recordaba haber dejado la persiana abierta. Mis manos fueron directamente a mis labios. Los acaricié suavemente mientras recordaba aquel beso. Nunca antes había besado a nadie y sinceramente pensaba que al ser el primero iba a ser algo torpe. Cuando sus labios rozaron los míos me quede varios segundos en shock, sin saber qué hacer. Pero, poco a poco estos se empezaron a mover por si solos. Como si ya supiesen lo que tenían que hacer.

Me levanté de la cama y pude notar como el frio subía por mis pies descalzos. Antes de hacer nada cogí un bolígrafo y puse una cruz al lado del primer objetivo que me había dado Melanie del futuro:

"1. Tienes que hablar con Hales y aunque el intente evitarte tu hazlo. Aprovecha todas las oportunidades que tengas."

Sin duda lo había logrado.

Los sábados solía permanecer en casa, viendo películas mientras me hundía en mi bol de palomitas con chocolate, pero hoy mis planes eran diferentes. Por primera vez Carly me había invitado a su casa, por eso quise aprovechar la situación para ponerme en marcha con mi tercer objetivo: Averiguar qué pasó con el padre de mi mejor amiga.

Ahora que lo recordaba, seguramente Hales estaría allí. - En que estás pensando Melanie? No podía evitar no pensar en él, no podía dejar de sonreír como una loca, no podía evitar recordar aquellas palabras, "Por qué me gustas."

¿Será eso cierto? Y si lo era, ¿tenía que decirle que yo también sentía lo mismo?

Salí del baño con la cara media mojada y antes de empezar a desnudarme para ponerme algún atuendo, empecé a escuchar algunos gemidos y sonidos ruidosos que se escuchaban del cuarto de alado. Mi curiosidad me llevó a la habitación de Víctor, y sin reaccionar abrí la puerta.

- ¡Noooooooo! - gritaron ambos.

Cerré la puerta rápidamente. - ¡O por dios! ¿Qué era eso? Seguramente si en estos momentos tuviese un espejo delante, podría observar la cara de horror que tenía. Poco a poco ese rostro fue desapareciendo y substituido por calor. Mis mejillas estaban ardiendo. En las películas solía ver como algunas personas pillaban a sus hermanos en plena acción, pero nunca pensé que me pasaría a mí.

Una carta para Melanie (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora