XIX

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No hay lugar para un cadáver debajo de la tierra, ahora se utilizan para cualquier cosa que se necesite, y al parecer va funcionando.

Su carne, es comida. Sus órganos, son alimento para plantas. Sus huesos, se hacen polvo y sirven para cualquier construcción. Todo sirve con un poco de imaginación.

A este proyecto se le ha llamado el proyecto "XIX" debido a tantas fallas y a tantas alarmas gracias a los cadáveres. Pero la gente esta contenta sin saber que lo que esta utilizando, podría ser algún familiar suyo a la hora de comer.

Una cosa importante, el gobierno no se va a ensuciar las manos más de lo que ya están.

Alguien debe hacerse cargo y no cualquiera. Alguien o muchos que saben con quien tratar y todo relacionado a las muertes. Alguien, que a pesar de estar loco como marioneta, sepa esconder su locura tras una máscara de profesionalismo...

Para este caso, ¡Que mejor que tres líderes descendientes de una misma nacionalidad! Son el equipo completo...

Charles W. Sanders: Uno de los jefes más importantes de la mafia. En sus tiempos de gloria, era temido por sólo mencionar su nombre. ¿Su debilidad? Las mujeres. Oh, esos bellos especímenes que lo llevaron a la perdición. Pero supo salir del hoyo en el apocalipsis económico.

Patrick Thompson: Doctor y director de los mejores hospitales mundialmente conocidos. Proveedor de órganos al mercado negro y ahora, proveedor de cuerpos. Gana más por su gran producción... Altera los medicamentos o los resultados para que la gente muera prematuramente. Entras a uno de sus hospitales por un leve resfriado... sales de ahí directo a la producción con un resultado de análisis que dice "cáncer en la sangre".

Y por último, Nick Matthews. Un simple juez corrupto que es el líder del proyecto XIX. Fué el que dió la idea de los cadáveres a su hermano, quién en ese tiempo, era presidente de los Estados Unidos.

Esos son los tres líderes del caos. Quienes, al chasquear los dedos, consiguen lo que su corazón dicte. Líderes de lo que serían la ONUE -Organización de las Naciones Unidas Económicas-.

Año actual.

—¡Vamos, Jonathan! —Gritaba el mejor amigo del chico, Michael Page. Lo había ido a visitar a casa de su abuela con la esperanza de que al menos, salieran por un café.

—No puedo, Michael. Necesito terminar mi proyecto —Decía Jonathan mientras examinaba un par de sustancias y leía sus libros de Biología.

—La feria de ciencias es dentro de dos meses, viejo. ¡Sal a tomar el sol!

—Tómalo por mi —Decía Johnny.

—Cómo quieras... Pero te quedarás sin amigos —Decía Michael bromeando.

—Ya vete, Page —Rió y negó con la cabeza. Continuó examinando.

Jonathan era la única persona proveniente de la clase media, que conocía el sucio secreto que guardaba su gobierno. Y lo tomaba demasiado a pecho... Jonathan se dio cuenta una fría noche de Noviembre. Fue al cementerio de la ciudad, a visitar la tumba de su padre muerto en guerra: El coronel Joseph D. Smith. Jonathan corría desde el instituto hasta el cementerio, ya que cerraban siempre a las nueve de la noche y eran exactamente las siete. Traía su ramo de flores en la mano derecha y con su otra mano, trataba de cuidar su mochila que tenia cruzada en su pecho. Entro corriendo al cementerio y siguió su mapa mental para encontrar la tumba de su padre. Al estar cerca, vio como dos personas sacaban el cuerpo putrefacto de su padre, directamente de la tumba. Le causo mucha repugnancia, no por el hecho de que su padre se encontrara en mal estado. Si no, que de todas las personas, solo fue a su padre a quien sacaron.

XIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora