PASIÓN DESENFRENADA

VEN, HAZME EL AMOR.

Un trabajo de ciencia en parejas, se convierte en la excusa perfecta para tener mis encuentros sexuales con Cassie. Es gracioso ver cómo ella se exaltaba con aquellos trabajos, que además de ser de ciencia, estaban en francés. Aquel jueves justo después de clases llegó a casa conmigo, y subimos a mi habitación a hacer el trabajo. Ella se sentó en cunclillas en mi cama, con el Macbook en sus piernas. El estrés se notaba por sus poros y entonces decidimos descansar un momento. Ella llevaba una pequeño vestido con la espalda descubierta que a duras penas cubría su ropa interior, llevaba consigo un chaleco de jean con los botones sueltos, Cassie dejó su chaleco en el suelo, recostándose en mi cama, con los ojos entrecerrados. Me abalancé sobre la rubia masajeando su cuello, con mi cintura encima de ella, y mis piernas alrededor de su espalda, haciendo contacto con mi miembro en su dorso desnudo. Noté que estaba un poco inquieta y comencé a besar su cuello, ella giró suavemente, buscando mis labios para atraparlos, llevándome a la luna. ¡Esta chica sí que me excitaba! Mientras besaba sus labios, descubrí que su mirada estaba puesta en toda mi habitación mientras su mente sólo pensaba en el trabajo de ciencia.

-Deja de pensar en tu trabajo y disfruta el momento-le dije sonriendo. La besé de nuevo pero con muchas más ganas qué antes. Cassie siguió besándome, mientras quitaba mi camisa salvajemente, quité su vestido y comencé a besar su estómago, subiendo lentamente hasta sus pechos.

-Hagamos química, luego volvemos a ciencia - susurró en mi oído. -pero prométeme que luego te concentrarás, y así seguiremos teniendo estos encuentros, cariño. -sonreí porque yo había terminado el trabajo la noche anterior sin que ella supiera, sólo para estar con ella de nuevo, ¡me encantaba! La seguí besando. Acariciaba sus pechos con una mano, mientras lamía sus pezones, provocándola. Cassie se posó encima de mí, tomando mi pantalón de pijama con sus manos, tomándola con sus labios para quitarla de mi cuerpo. Tomó mi miembro besándolo sutil y salvajemente al mismo tiempo. Se posó encima de mí de nuevo, arqueándose hacia atrás mientras yo besaba su cuello. La situé bajo mi cuerpo, despojándola de su ropa interior, observándola desnuda, frente a mí. Por una parte la culpa me carcomía por tener sexo con ella mientras mi madre veía televisión en la sala, pero por otra, la pasión desenfrenada del momento me hizo olvidarme de todo a mí alrededor, disfrutando a la rubia sólo para mí. Ella abrió sus piernas, enlazándolas en mi cintura, permitiéndome penetrarla un par de veces esa tarde. Al salir de ella la besé de nuevo, y nos quedamos dormidos en mi cama, abrazados. Se levantó rápidamente y entró a mi ducha, yo me vestí en segundos. Al salir Cassie de la ducha la ayude a secar con mi toalla, y posé mis labios en los suyos. A pesar de que desde que inicio la preparatoria, lo nuestro fuese sexo desde el primer día, sentía un cariño y también unas ganas enormes por ella, espero que esto nunca termine, o al menos no termine en lo que llega nuestra graduación.

Cassie tomó la Macbook de nuevo, me posé tras ella dejando pequeños besos en su cuello, pero los tacones de mamá subiendo las escaleras nos interrumpieron. Cassie corrió al baño, mientras yo me acercaba a abrirle a mamá. Noté que su ropa interior estaba justo bajo la mesa de noche junto a mi cama y cerré un poco la puerta para que mamá no lo notara. La rubia salió del baño con su vestido, hablando del trabajo, claramente fingiendo que no había notado la presencia de mi mamá. Hizo una mueca de sorpresa y le saludó con un beso en la mejilla. Mamá bajo de nuevo a la sala, y continuamos con el trabajo, pero esta vez era yo quien manejaba la computadora.

Al día siguiente después de exponer en clase nuestro trabajo, la maestra nos asignó uno nuevo para el martes de la siguiente semana. Cassie siempre era mi pareja de esta clase, así que después de terminar la jornada quedamos en reunirnos de nuevo. Llegué a ducharme y cambiarme de ropa, para esperar a Cassie y hacer el trabajo cómo las tardes de la semana, pero mamá me contó que esa tarde se quedaría en casa para su reunión semanal con sus amigas del club más prestigioso de la ciudad, entonces no dudé enviarle un texto a mi compañera sexual y académica sobre la mala noticia que mamá me había dado. Ella me respondió contándome que su abuela tenía una cita en él medico esa tarde, así que su hermano, con quien vive, la acompañaría y luego se iba a trabajar, por lo cual tendría la casa para los dos. Le dije a mamá que iría a estudiar a la biblioteca del parque y tomé mi mochila, partiendo en mi motocicleta a casa de Cassie.
Toqué la puerta de su departamento, y me abrió con una bata de dormir rosa transparentosa, en la cual se podían apreciar sus pezones y su feminidad, dejando muy poco a la imaginación. Su cabello amarrado en una cola de caballo, y nada de maquillaje en su rostro la hacían perfecta. La observé por un momento y cerré la puerta tras de mí, puso sus manos alrededor de mi cuello y me besó, pero fue un beso delicado, no como aquellos besos salvajes de siempre. Puso sobre su bata, cubriendo completamente su desnudez un sweater de lana que le llegaba hasta los talones. Nos sentamos en la mesa del comedor de la sala a comenzar el nuevo proyecto de ciencia, siendo este mucho más sencillo que el anterior. Terminamos la presentación del proyecto, enviándolo al correo de la maestra Gillies, cerrando nuestros computadores, cuando el reloj marcaba las siete de la noche. Mamá me llamo a avisarme que regresara a casa a las nueve, ya que a esa hora se irían sus amigas y todas ellas estaban en contra de las motocicletas, colgué el teléfono y le conté a Cassie. Nuestras miradas se cruzaron cómplices. La tomé por la cintura y la senté en la mesa del comedor, quitando su abrigo de un tirón, masajeando sus pezones y su feminidad por encima de su bata rosa transparentosa, levantando su vestido y dejando pequeños besos sobre su zona íntima. Ella soltó pequeños gemidos que me excitaban mucho más, se hincó hacia atrás permitiéndome introducir mi lengua en su feminidad, haciéndole sexo oral. Subí lentamente hacia sus labios dejando pequeños besos en todo su cuerpo.