Capitulo 14El camino al campamento había sido bastante desagradable a criterio de Inuyasha, la joven realizaba un show canto baile en su asiento imitando a la cantante que escuchaban en el equipo de sonido del auto, e Inuyasha reía del espectáculo, hasta que el "invitado" realizaba algún comentario indecoroso que sonrojaba a la joven y enfadaba a Inuyasha, nunca antes dos horas de viaje le habían sido tan eternas. Al llegar frente al gran portón de la finca, anunciando el final de la tortura, la joven detuvo su show y miró impresionada el lugar, el portón se abrió dando paso al interior que por más increíble que pareciera era aún más soberbio de lo que se veía desde afuera.
– Es hermoso – susurró la mujer observando el edén en donde habían ingresado.
‒ Pero nada es tan hermoso como tú ‒ aseguró Sesshomaru tiernamente sulfurando a Inuyasha, en definitiva Sesshomaru se había encargado de arruinar su día. Inuyasha condujo hasta el lugar donde estaban estacionados los demás vehículos y Kagome se encogió en su asiento al ver a tres jóvenes caminar en bikini hablando animadamente, eran hermosas, y con un cuerpo escultural, además se notaba claramente que poseían una buena clase social.
‒ ¿Sucede algo mi princesa? ‒ indagó Inuyasha al percibirla perturbada, una vez detenido el vehículo.
‒ No ‒ susurró.
‒ Te conozco princesa, no te preocupes por nada, todo saldrá bien ‒ aseguró desviando el rostro y sonriéndole cariñosamente.
‒ ¿Crees que tu padre me aceptará como tu novia? ‒ preguntó la joven pretendiendo hacerle creer que esa era su preocupación y el rió a carcajada, cosa que incomodó a la joven quien bufó y luego hizo un puchero.
‒ Te amará ‒ aseguró sonriendo para confortarla.
‒ Me conformo con que me tolere ‒ comentó la joven sonriendo más animada.
‒ Ahora bajemos ‒ musitó a lo que la joven asintió.
Bajaron del vehículo, incluyendo el mayor de los Taisho, los tres caminaron rumbo a la zona de acampar, donde le habían indicado que se encontraba el anfitrión. El señor Taisho sonrió al ver a Inuyasha y caminó apresuradamente en su dirección abrazándolo efusivamente al llegar frente a este.
‒ Hijo no sabes cómo te extrañé ‒ comentó sofocándolo en el abrazo. Inuyasha tan solo correspondió el abrazo.
‒ Padre, ella es Kagome, la mujer de quien te hable ‒ comentó y el señor sonrió de oreja a oreja, cosa que extraño a la joven quien extendió una mano a forma de saludo.
‒ Kagome Higurashi ‒ se presentó nerviosa la joven, por lo que se sorprendió al recibir un cálido y sorpresivo abrazo proveniente de Inu no seguido por beso en la mejilla.
‒ Estaba ansioso por conocerte ‒ comentó, ‒ mi hijo nunca estuvo más emocionado por una mujer ‒ aseguró con una sonrisa y guiñándole un ojo a la joven. Kagome sonrió ampliamente, el padre de Inuyasha era un hombre hermoso, ahora sabía de donde ambos hombres habían heredado su porte, su sonrisa era contagiante y sus dorados ojos eran tan serenos como los de Sesshomaru, pero a la vez tan indomables como los de Inuyasha.
‒ Como siempre me ignoras cuando esta tu hijo favorito, me voy con los demás socios ‒ comentó Sesshomaru con voz gélida, el señor Taisho se mostró sorprendido pues no se había percatado de la presencia de este.
‒ ¡Hijo! ‒ exclamó eufórico, con intenciones de caminar en dirección a éste.
‒ Con migo evítate tus penosas escenitas sentimentales ‒ ordenó evitando cualquier demostración de cariño.