21-¿Limite?

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Era de madrugada y Remus parecía despertar del sueño más hermoso que había tenido nunca... Ojalá hubiera sido un sueño.
Remus se acercó a la cama y noto una mancha roja en la sábana, se tocó el cuerpo entero y noto que no era de él. Tonks seguía dormida y Remus sabía que no era su primera vez, la recorrió con la mirada hasta que llegó al muslo izquierdo donde ella tenía una herida que no eran más que las uñas de Remus.
El licantropo se desespero y se sentó en la cama observando la herida sin poder creérselo, perdió la noción del tiempo porque cuando se dio cuenta Tonks se despertaba.
-Buenos d...-trató de decir antes de que Remus volviera a besarla.
-Perdóname, no fue mi intención... yo no medí lo que hice- dijo Remus cuando se separó de ella.
-No entiendo- dijo Tonks somnolienta.
-Te hice daño- dijo Remus señalando la herida.
-Esto...- Tonks tocó la herida sin hacer muecas o gestos de dolor- soy auror, me han hecho cosas peores.
-No creo que sea algo sencillo, Dora.

-Mira... -Tonks se puso encima de él-. Dame tu mano.

-Claro- dijo Remus extendiendo la mano-. ¿Para qué? ¡Ay!- Tonks había mordido su dedo.

-Ya estamos a mano - dijo sonriente-. Aparte creo que tu espalda no esta del todo bien.
Remus hasta ese momento no había notado que los dos se encontraban todavía desnudos.
-¿Segura que estás bien?- dijo Remus con una voz que hacia desastres en los nervios de Tonks.
-Sí, muy bien- y una vez dicho esto Tonks comenzó a besar el pecho de Remus.
-D-Dora, hoy hay que ... -Remus sacudió la cabeza- hay que llevar a los chicos.
-Que aburrido eres -Tonks se incorporó.
-¿Aburrido? -Remus la miro desafiante-. Ahora mismo creo que sigues dormida -dijo mientras se levantaba con ella enganchada a sus caderas y su cuello.
-¿Que pretende, profesor?
Remus no respondió, sólo se metió bajo la regadera y abrió el grifo poniendo a Tonks en el piso.
Ella pegó un grito por lo fría que estaba el agua y él comenzó a reír.


Se besaron. Remus comenzó a hacerlo... beso sus labios lentamente como si fueran el chocolate más rico que jamás había probado, Tonks por su parte se dedicaba a remarcar cada una de las cicatrices que el tenia, desde la más pequeña hasta la que abarcaba su pecho, abdomen y llegaba a su pierna. Remus dejó sus labio y comenzó a besar su cuello y clavícula, pero no paró ahí, bajo hasta sus pechos y comenzó a besarlos mientras Tonks se desvanecía de la cintura para abajo.
-¿Qué pasó con usted profesor Lupin?-dijo Tonks con la poca conciencia que le quedaba.
-Resulta que también me decían Lunático- dijo Remus parando su tarea-.¿Necesitas ayuda?
-Claro.
Y comenzaron a bañarse entre besos y caricias poco castas. Remus la ayudaba a enjabonarse cuando Tonks hizo una mueca de dolor y ahogó un grito.
-No pasa nada, sólo me ardió, es todo.


Estaban caminando a la Guarida cuando Remus noto que Tonks se tocaba la pierna constantemente y en más de una ocasión hacia gestos de dolor.
Es verdad, al principio no le dolía pero conforme empezó a caminar, Tonks sentía incomodidad y hasta cierto grado de dolor.
-¿Estas bien?- pregunto Remus poniendo especial atención a la pierna de Tonks.
-Si, es sólo que me incomoda.
-En verdad lo lamento, no era mi intención...
-Mira Remus, no seas paranoico me has lastimado peor, así que sólo vayamos con Sirius ¿quieres? -Tonks estaba un poco irritada porque ya sabía donde iba a parar la plática.
-Disculpa- dijo Remus incrédulo-. Nunca antes te había puesto una mano encima.

Tonks rodó los ojos y comenzó a caminar renqueando mientras murmuraba algo relacionado con la necedad de los hombres.
-¡Dora!- Remus se puso frente a ella- ¿De qué hablas?
-¡Ya!, estoy hablando de como me lastima cada vez que dices que esto -dijo Tonks señalándolos-. No esta bien...
-Pues aquí hay una prueba de que no esta bien...-dijo Remus en voz baja.
-¡¿QUE?! No empieces con tu sermón de que esta mal, de que eres viejo, de que me lastimaste.
-Es la verdad, yo te he lastimado. ¡No supe controlar...!
-¿Y es mi culpa? ¡DIME! ¿Yo te dije que fueras a verme? ¡NO VERDAD!- Tonks había cambiado el color de su cabello a rojo brillante.
Ya habían llegado al número 12 de Grimmauld Place.
-No he dicho nada... -Remus levantaba los brazos.
-Pues más te vale que no me digas nada- dijo Tonks entrando a la guarida dejando a Remus afuera.

Luna de coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora