[Capítulo 0]: Ojitos ámbar

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¡Hola :3!

De seguro se estarán preguntando por qué carajo es el capítulo 0, y yo les comunico que es como un prólogo, uno considerablemente extenso y sensual que llega a ser capítulo 7u7. Y si, es una historia nueva, ¡Yay! Peroooo, esta se actualizará solo de vez en cuando, no es por ser aguafiestas ni nada, es solo que soy tan lerda que no puedo con dos historias a la vez. Me empiezo a complicar demasiado y al final termino por dejarlas colgadas en caso de que sean muchas. Y lo menos que quiero es dejar historias colgadas, odio eso. 

Así que eso, espero que sea de su agrado y que no me maten por ser tan lerda xd.

***

La rutina le tenía más que cansado, más no hacía nada para cambiar aquello. Ya que su rutina le gustaba por una sola razón...

***


Misaki asistía regularmente a la secundaria, tenía un trio de amigos en los que confiaba ciegamente, y como se mencionó, él los "tenía". Ellos le dieron la espalda, siendo que Misaki nunca dio brazo a torcer por sus amigos. Los cuidaba, los valoraba, en sencillos términos, eran todo para él. Pero un día, su amistad tuvo un final horrendo al enterarse de lo que ellos hablaban a sus espaldas por medio de una mensajería en la cual él no estaba agregado, siquiera enterado.

"Es tan molesto"

"Grita tanto para ser tan pequeño"

"Me tiene enfermo"

Después de ese golpe tan bajo, que lo hizo sentirse tremendamente pésimo, se convirtió en una persona solitaria, embarcándose en una vida independiente. Él era muy bueno, y no necesitaba personas que se aprovecharan de eso. Los ánimos para hacerse de nuevas amistades no eran las mejores, ya que la desconfianza en que algo similar ocurriese abundaba, y en consecuencia, le frenaba. Finalmente decidió que un tiempo solo sería lo mejor, por ahora.

***


Como todo término de jornada, Misaki se levantó de su banco, ignorando lo que a sus espaldas se decía. Seguía asistiendo a la misma escuela que antes. En realidad, nunca consideró el cambiarse de escuela, pues él era orgulloso, y no dejaría que unos pelmazos le jodiesen la vida. Misaki no era del tipo de persona que escapaba de los problemas, él los enfrentaba, aunque en el proceso hiriese tanto cuerpo como corazón.

Se retiró del establecimiento, disponiéndose a regresar a casa. Usaba la línea de metro para ello, ya que era bastante rápida, pero no cómoda. A esa hora, había una cantidad de gente alarmante, y su baja estatura le desfavorecía, ya que era mucha la gente que lo pasaba por alto. Pero eso no le molestaba en lo absoluto, es más, lo agradecía a cada segundo que vivía. ¿Cómo podría alguien agradecer ser tan bajito? Era ilógico, al pensar de otras personas. Pero para Misaki no. Tenía sus razones, unas muy buenas razones.

Aquella tarde todo era usual para Misaki; El tren llegó a la hora de siempre, había una multitud tremenda, como siempre. Y allí estaba él... como siempre. La razón por la que Misaki amaba ser tan bajito era porque así le era absolutamente fácil escabullirse y ocultarse entre la gente, y de ese modo, poder verle sin que él lo notase.

¿A quién? A un chico de lentes que siempre iba absorto en su lectura, cuyo nombre era "Ojos ámbar". ¡No era que él gustara! Se decía constantemente, solo le parecía curiosamente interesante. El modo en que él se desconectaba del mundo a su alrededor, era fascinante. Que pese a todo el bullicio, el griterío, las quejas de los demás pasajeros, él centrase su atención en su libro, y en nada más. Además, y aunque Misaki no lo admitiera, era bastante atractivo, vestía de modo formal e impecablemente. No había defecto en el chico.

Ojos ámbar [K-project/Sarumi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora