Prologo
Thomas, así me llama cuando esta enojada o celosa. Nunca deja que concrete mi acto sexual cuando ya esta preparada para ello, sus seudónimos siempre rondan por mi cabeza: Viuda negra, chica de Magdeburgo, entre otras; hasta algunas suenan bastante vulgares. Jamás puedo tocarla, nunca me lo permite, siempre se safa de mis garras; no deja que la jale del cabello mientras me pide a gritos que le de más de mi esencia, y mucho menos que la haga sentir la persona más afortunada al estar conmigo en la cama.
Es una mujer sin riendas, y no puedo dominarla, y por ello, por no poder hacerlo y por no concretar con mi misión de una sola noche, ella permanece en mi cabeza. La tengo presente en todo el tiempo y eso me vuelve completamente loco y eso no es para Tom Kaulitz, no debo atarme a nadie, solo debo disfrutar de ella una sola noche, poder contemplar su cuerpo desnudo sobre el mío, dandole duro hasta que sea el amanecer.