3.

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-¡Jack! ¡Que qué vas a pedir!
Bajo de mi nube para ver cómo Jack sacude sus manos delante de mi cara.
-¿Eh?
Me mira con frustración y se lleva dos dedos a la sien mientras contrae sus ojos.
-¿Que qué vas a pedir?
-Oh, una coca-cola -le pedí al camarero quién me miraba muy sonriente.
-¡No Jack! ¡Para comer!
Una pequeña carcajada controlada se escapa por los labios del chico de nuestra edad que está justo a mi lado.
Le indico rápidamente y este se va, directo a la cocina.
-¿Se puede saber qué te pasa? -la voz de Gilinsky es dura, pero puedo notar un poco de gracia en ella.
-A mi nada.
-No, solo parece que en vez de pedir pescado querías pescarlo tú mismo -aprieta su mandíbula pero sonríe-. ¿En qué estabas pensando?
Me coge, de nuevo, desprevenido; pero me las apaño para contestarle rápidamente.
-Yo en nadie.
-¿Nadie?
La bilis se me contrae en la garganta y trato con agradables resultados de no abrir los ojos como dos canicas ante mi propia metedura de mata.
-No, no me...
-¡Cabrón! ¡Pero qué callado te lo tenías! -él da una fuerte palmada en la mesa, causando que todos los ojos del restaurante se giren hacia nosotros-. Pero, ¿tú cuándo pensabas contárnoslo?
-Que no tengo nada que...
-¡Cuéntame ya cómo es!
-¡Jack! -elevo la voz-. ¡No hay nadie!
-¡No hay nadie no! ¿Cuándo nos la vas a presentar a mi y a los chicos?
-Gilinsky, no tengo a nadie a quien presentarte, no te pongas de pesado. Pareces peor que mi familia.
-¡Y cómo quieres que no me ponga así cuando hay una chica a la que no me quieres presentar! Tienes que estar demasiado buena si ni siquiera quieres que la veamos.
Ni siquiera me molesto en contestarle cuando nuestro pedido lleva a nuestra mesa.
Intenta sacarme el tema unas cuántas veces pero yo le interrumpo y su móvil suena, ganándose una alabanza de mi parte.
-Hey Skate, ¿qué pasa tío?- contesta al teléfono mientras se echa para atrás en la silla-. ¿Ahora? Ajá. De acuerdo. Nos vemos allí, hasta ahora -cuelga y me mira con una pequeña sonrisa-. Vamos a pagar. Hoy es noche de fiesta.

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Cerca de quince minutos después llegamos a la puerta de un local. La puerta está entre abierta y de dentro salen luces y una gran mata de humo. La cola es bastante larga. Tanto, que su final desaparece al girar en una esquina.
-Bueno chicos, como no penséis estar esperando hasta mañana para entrar...
-¿Hasta mañana? Hasta dentro de 30 segundos dirás -me contesta Skate con una sonrisa de lado.
Se acerca al corpulento hombre que reside en la puerta apuntando y tachando nombres y le dice algo cerca y el hombre asiente, haciéndonos un movimiento de muñeca para indicarnos que pasemos. Nos juntamos justo en la puerta con Skate, quien mantiene intacta su mueca de burla.
-Creo que han sido menos de 30 segundos -ríe y Sam lo acompaña.
-Tienes razón hermano.

Dentro, las luces se hacen más dolorosas en los ojos, y el humo más asfixiante. Hay más gente de la que imaginé pero es cierto que el local es más amplio de lo que aparenta por fuera.
Los chicos en seguida se separan y yo abro mi camino hacia la barra junto a Nash, quien mira a todos lados.
Me siento en la butaca y le pido una bebida al chico que me atiende mientras más se coloca al contrario, de cara a la pista a la pista de baile.
-Johnson -me llama con un golpe en el brazo-. La rubia del vestido azul.
Me giro en la misma butaca para que mis ojos topen con una chica con un vestido sumamente apretado y corto muy por encima de su muslo. Su pelo es largo y liso artificial. Incluso, me atrevería de poner en duda la naturalidad del tono de este. Baila moviendo las caderas con total insinuación, rozando con un chico que la mira de arriba a abajo.
-Eh, está bien supongo .
-¿Qué acaba de pasar? -dice más para él mismo que para mi-. ¿Está bien supongo? ¡Gilinsky! ¡Dime que lo has oído! !Jack dice que la rubia de allí está 'bien, supongo'! -imita mi voz con extrema exageración.
Miro hacia la izquierda y veo que se nos han sumado el resto de los chicos.
-¡Es que Jack tiene chica!
El barullo de voces que se forma en menos de un segundo no tiene remedio así que espero a que se callen.
-¡¿CÓMO?!
-¡Pero Jack! ¿¡Cómo es que no nos has contado nada!
-¡Exijo que me enseñes una foto en este mismo instante!
-¿Alguno puede imaginársela? ¡Tiene que estar tremenda, hermano!
-¡Saca el móvil y enséñanos una foto! ¡YA!
Ruedo los ojos. Los gritos duran más de lo que yo tenía previsto así que, harto e impaciente, les corto de un chillido.
-¡TÍOS! ¡QUE NO HAY NADIE! ¡NO TENGO NADA CON NADIE!
-Eso no te lo crees ni tú, hermano.
Señalo con el dedo en el pecho a Skate quien se ha colocado al lado de Nash y niego con la cabeza.
-Siempre os he contado con todas las chicas con las que he tenido 'algo' así que no me vengáis ahora con estas.
No me dicen nada más, pero comienzan a murmurar entre ellos.
No me han creído.

'Mi primer error.'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora