Capítulo 2. Conociendo a los playboys

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De repente, empezó a sonar la canción "My Songs Now What You Did In The Dark". Mi precioso despertador ¡¡¡SIII!!! era la hora de despertarse... ¡¡¡YUUUM!!!... (nótese mi sarcasmo). Me quedé un rato más en la cama hasta que miré la hora y eran... ¡¡¡Las 7:30!!! iba a llegar tarde a mi primer día de escuela... aaaaa espera.... me daba igual. Me levanté de mi nido con todo el cansancio y la vagueza del mundo y me metí a la ducha. En cuanto di el agua solté un chillido que creo que lo escucharon hasta en Washington. El agua estaba congelada, así que me duché deprisa y me lavé el pelo. Me envolví en una toalla y salí de la ducha. Me puse mi camiseta de "Los Ramones" con unos shorts y mis amadas "Converse All Star" blancas. Me sequé el pelo a todo correr y me peiné. La verdad es que no me suelo peinar el pelo pero es que hoy lo tenía que parecía un erizo. Mi lema es: "para que peinarlo si luego se va a despeinar." Y eso también es aplicable a hacer la cama y recoger el pijama ¿para qué voy a hacer la cama si luego voy a tener que deshacerla? Me puse una gorra de "Dope", cogí mi mochila de "Vans Of The World", mi skate y salí de la habitación. Fui en skate hasta el pabellón de los chicos, ya que allí era mi primera clase. Tardé como quince minutos en encontrar la dichosa aula de Biología pero al final... la encontré.

Estaba fuera del aula y pensé en llamar a la puerta educadamente, pero, por favor ¿a quién quiero engañar? Yo no soy educada. Entré con mi skate en la mano y sin decirle nada al profesor busqué un sitio con la mirada para sentarme. Pero cuando ya había visualizado uno y me dirijía a el, una mano me agarró del brazo y me paró.

- Usted debe ser la nueva. ¿Es qué no le han dicho que los primeros días hay que llegar pronto?- me preguntó el profesor de biología.

- Nadie me ha dicho nada. Me corrigo, nadie me dice nada ni me da ordenes.- le contesté yo con una sonrisa en la cara.

- Humm... todavía está sin pulir... ya la educarán aquí de una forma correcta.

- A mi nadie me puede educar.- dije yo soltándome de su brazo.

Caminé al sitio visualizado antes, me senté y escuché lo que tenía que decirme el profesor.

- Solo le voy a decir que me gusta la puntualidad señorita Brooks.- dijo.

- Y yo solo te digo que no soy el mejor ejemplo de puntualidad.- dije yo con una sonrisa de superioridad en la cara.

- ¿Quiere usted ir a detención?

- La verdad, no lo tenía programado para esta mañana, basicamente porque no me gusta programar las cosas. Pero si tanta ilusión le hace que vaya, pues iré.

- Uffff ¿va a tener siempre la última palabra verdad?

- Aja.- dije asintiendo con la cabeza.

Quitó la mirada de mi y empezó a explicar nosequé de biología que no me interesaba en absoluto. En el momento en el que empezó ha hablar yo desconcecté. Abrí mi cuaderno y seguí a escribiendo mi libro. Después de una hora y media de clase con el profesor "Don Puntual", tenía clase de literatura. Así que fui a mi taquilla a por los libros. Mientras sacaba los libros me percaté de que todo el mundo me estaba mirando ¿tendría la cremallera de la bragueta bajada? ¿Qué miraban todos esos retrasos de simios? Eso pensé hasta que escuché como susurraban.

- Mira, esa es la nueva - dijo una.

- Me han dicho que se ha enfrentado al Señor Gordon - dijo otro chico.

- A mi me han dicho que es árabe y que su padre es un jeque - eee vale ¿quién narices dijo eso?

Y escuché muchísimas cosas más que evidentemente eran todas mentira. No sabía que "Don Puntual" se llamaba en realidad Señor Gordon, claro, de hay venía toda su obesidad. Y vale que yo era morena, pero ¿tanto como para ser árabe? ¿Really? Y no comentemos sobre lo del jeque... que maeemia... Sin hacer caso a las miradas me fui a clase de literatura y me senté en el último sitio, como siempre. En cuanto el profesor empezó a hablar abrí mi libro de "Orgullo y Prejuicio" y desconecté de la clase.

Bitches TrainingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora