Harry no estaba teniendo el mejor verano de su vida.Nunca se había quejado de estrés por los conciertos ni nada de eso, pero esta vez se estaba sintiendo mal, y no le gustaba.
Estaba cansado. Y odiaba estar cansado. Ni siquiera sabía que tenía. Era simplemente una sensación rara. Y eso le hacia estar de mal humor.
Mal humor que pagaba sobre todo Niall.
Ya llevaban juntos más de un año. Esta vez.Niall había sido su primer auténtico amor allá por el 2010. Luego todo lo que pasó les separó. Se había convertido en un amigo muy cercano, con el que a veces tenía sexo. El sexo entre ellos siempre había sido como fuegos artificiales. Harry no había encontrado en otros hombres lo que Niall le había dado. En marzo del año anterior, tras una sesión de sexo particularmente intensa, mientras se abrazaban, Niall le había mirado a los ojos y dicho te quiero.
Y Harry comprendió que el también. Fueron a pasar un fin de semana juntos y a hablar de su relación, y habían vuelto al punto de partida. Eran novios otra vez.
Ahora Harry reconocía que a veces pagaba con él su malestar. Pero es que a veces no se aguantaba ni él, y Niall era quien estaba más cerca suyo.
-Harry, vas a tener que ir al médico. -dijo Niall preocupado. -Ese cansancio no es normal.
Harry negó con la cabeza.
-Me pondré bien. Creo que es porque no estoy teniendo mucho apetito últimamente.
-Pues más a mi favor. Debes ir al médico.
Harry negó con la cabeza y se colocó sobre Niall. Lo distraeria con sexo. Eso siempre funcionaba. Pero hasta en el sexo estaba raro. A veces tenía muchas ganas. Otras le daba una pereza horrible, como todo.
Dios mío, le daba pereza el sexo. Si que estaba mal.
Los siguientes días no mejoró, sino que iba a peor. Era como si su cuerpo no fuese el de siempre.
La comida se convirtió en una enemiga, una obligación tres veces al día. Casi todo comenzó a darle asco, pero sobremanera esos estúpidos nuggets que adoraba Niall.
Si por él dependiera prohibiría los nuggets.
Para finales de julio la cosa empeoró. Empezó a tener serios problemas para retener la comida, especialmente por las mañanas.Liam se le quedó mirando una mañana especialmente mala, que tenían que ir a una sesión de fotos.
-Harry...¿estás bebiendo mucho últimamente?
-No, Liam, joder... ¿Por qué?
-Porque siempre estás camino del baño -dijo Niall.-Liam, ya le digo que tiene que ir al médico, pero no escucha.
-Estoy bien.
Ahora estaban a punto de salir a un show. Parpadeó. Se había quedado dormido y Niall le miraba preocupado.
-Harry, me daba pena despertarte. Estas pálido. Pero es que ... tenemos que salir en diez minutos.
-Voy.
-Ay, Harry. Podemos decir que estás enfermo.
-No. Ellas han pagado por los cuatro.
-Pero no tienes... Ay, Hazza.
Harry salió al escenario. Pero estaba muy perdido. Raro. Las luces le molestaban. Y no seguía bien el ritmo. De repente una canción se le olvidó a mitad. Comenzó a balbucear y encontrarse mal.
Vio a Niall acercarse a él, preocupado.
Y todo se volvió negro.