Diario de un adolescente gay

¿Decirles o no?

He pensado una y otra vez lo mismo, una y otra vez mas me lo vuelvo a cuestionar. ¿Por qué me tocó a mí?, ¿Por qué yo y no a otra persona?, preguntas sin respuestas es lo único que obtengo al cuestionarme una y otra vez lo mismo.

Soy Joseph, y cada día de mis últimos años me cuestiono porque yo debía ser gay, porque exactamente yo debía serlo, Soy de estatura baja, pelo color castaño claro y ojos azules, mucha gente dice que ama mis ojos pero es lo que menos me importa a mí.

Estoy en un momento muy incómodo, no quiero seguir aparentando más, quiero que todos sepan como soy y que es lo que soy, mi condición sexual es algo que veo como un castigo, ¿porque al besar a una chica no siento nada y solo al ver a un chico todos mis sentidos se alteran?, lo reconozco, soy gay.

Hoy es el día en que les diré a mis padres, no sé cómo decírselos, no sé si deba o no decirles. Todo es muy complicado, en este momento estoy en clases de Biología pero en los últimos 45 minutos no he hecho más que pensar en cómo decirles a mis padres. Nunca han demostrado ser homofóbicos, tampoco han mostrado algún rechazo hacia ellos, pero solo pensar la posibilidad de que no me ayuden, de que se alejen y no quieran ver más a su hijo me aterra.

De pronto inesperadamente siento que alguien toca mi brazo, que más de una vez lo hace.

-Joseph, ¡Atención!- Me dijo Tori, ella es mi mejor amiga desde la infancia y somos como hermanos, hacemos todo juntos, los trabajos, las pruebas en pareja, escogernos la ropa, ir al cine, pijamadas, ¡Todo!

-Disculpa... Me habías dicho algo- Mi rostro debió haber mostrado alguna mueca chistosa porque Tori solo me miro y rió.

-Joseph, Presta atención...Te decía que si tienes una goma de borras que me pases- Me dijo con una que otra carcajada, yo busque una goma y no encontré ninguna. Estaba seguro que si tenía una así que busque, y la encontré en el suelo, estaba sucia, destrozada, seguramente debí de haberla pisado.

Le dije a Tori que no tenía goma de borrar y ella le pregunto al compañero de salón que tiene detrás de su catre. Yo intente poner atención, pero era imposible, algo hacia que mi atención se desviara y dejara de hacer lo que hacía.

Tocaron para salir a recreo y rápidamente fui al baño, necesitaba ir, mis nervios de alguna forma se presentaban en mi cuerpo, mis uñas ya no están, y mis pies tiemblan. Salgo del baño y me dirijo al salón de mi curso, estaba por llegar cuando me tropiezo con un chico, alto, de piel clara, pelo castaño, no alcance a divisar sus ojos.

-Disculpa... No quise Aventarte- Me dice con una voz varonil y a la vez dulce, teñida de un cálido asentó- Te ayudo a ponerte de pie.

Me estira el brazo y yo me afirmo de él, nuestras manos se rozan y siento una electricidad que recorre mi cuerpo, su piel suave y de una textura lisa, ya al colocarme de pie nos quedamos mirando, nuestras miradas estaban cargadas de intriga, sus ojos demostraban una emoción que nunca había visto en un chico.

-¡Sebastián!, ¡Apresúrate!- Le gritan unos chicos a distancia.

El me mira fijamente a los ojos y me dice al oído.

-Hablamos dentro de poco.- Y se fue, su voz dulce quedo resonando en mis pensamientos y su mirada intensa y cautivadora no podía salir de mi cabeza.

Tori se acerca a mí y me dice

-¿Te encuentras bien?- su rostro expresaba preocupación, curiosidad.

-Tori, no te preocupes, me siento bien.-le digo- ¿Sabes quién es el chico con el que tropezó?- le pregunte, ella negó con su cabeza.

Volvimos a nuestro salón, era clases de matemáticas las que correspondían ahora, en matemáticas no me va mal, pero tampoco me va bien. A mitad de la clase la profesora me indica.

-¿Quién sabe cuál es el resultado?- Hace una pausa, luego de ver que nadie alzo la mano dijo- tu, Joseph, ¿Cuál es el resultado?-

Antes de responder mire el ejercicio que no lo había visto antes, hice los cálculos mentales e indique.

-Es 27 profesora- Le digo, seguro de lo que estoy diciendo y esperando que este bien.

La profesora me indica que está mal, solo me falto colocarle el signo negativo...A veces las matemáticas son estresantes. Luego de eso veo pasar atreves de la ventana al chico con quien choque, mis pensamientos vuelven a cambiar y ahora mi atención solo giraba en torno a su figura.

Estaba fijamente mirándolo cuando noto que el hacía lo mismo, solo que a diferencia que detrás de él había una chica tomándolo de la cintura, luego de un tiempo se besan, mis rápidas y falsas ilusiones se desechan, mis ojos vuelven a estar tristes.



***



Voy casi llegando a mi casa, mis pensamientos están revueltos y mis nervios cada vez aumentan, poco a poco mis piernas temblaban y mis movimientos se hacían más lentos. Al llegar toco el timbre, mi madre me abre la puerta, Me da un beso en la mejilla y me saca la mochila y el abrigo, dentro de la casa hay un ambiente tenso, algo debió haber pasado.

Mi madre me esperaba con la cena lista y me senté a servirme, tenía pollo asado con muchas ensaladas.

Mi madre y mi padre se miraban mucho, mi hermana Elicia solo comía, yo intentaba imaginarme que puede haber pasado.

Repentinamente mi Padre dice.

-No puedo seguir con esto, ¿Por qué lo hiciste?- Le grita muy violentamente mi padre a mi madre.

Mi madre no hace nada más que llorar, explota en llanto, sus ojos de un momento a otro pasan de estar "alegres" a estar tristes y humedecidos por las lágrimas.

-¡CONTÉSTAME!- Le grita nuevamente mi padre, ahora mucho más violento, golpea muy fuertemente la mesa.

Mis ojos al ver a Elicia llorar no pudieron aguantar más, lagrimas muy lentamente salían desde mis ojos y no pude contenerme más.

-¡PAREN AMBOS!- Mis lágrimas no defienden, mis padres con los ojos sorprendidos me miran con mucha atención y rabia a la vez-¡PAREN, DEBO DECIRLES ALGO!- Grito, y sin esperar respuesta alguna lo dije- ¡SOY GAY!

Bueno chicos, Primero que nada pedirles disculpas si hay alguna falta de ortografía. segundo,esta es mi cuarta novela pero primera con este tema, espero les guste y cualquier pregunta o critica comenten. Voten y espero la recomienden, los quiero <3