43. Ni los buenos son tan buenos...

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-¿Qué ha pasado? -me miraba la mano buscando algún signo de cualquier cosa rara. Pero sólo sentía dolor, no físico, sino psicológico... como... si alguien me hubiera molestado.

Yeró apareció y vino corriendo hacia mí.

He oído a Cara que te está buscando. Creo que debemos volver a SHIELD -me advirtió. Asentí en silencio y salimos del claro, yo aún con esa sensación extraña en el pecho. Decidí ignorarla.

Nos encontramos a Cara en la arena entrenando con un kopesh, esa espada egipcia curvada, y dando una paliza a un pobre chico.

-¡Buen trabajo, Theo! -la escuché animar al chico al acercarme- ¡Hola, vámonos a por tus maletas! -me dijo, yo asentí mientras veía al chico coger otra espada y seguir entrenando. Cara tiró de mí y casi me llevó arrastras hasta mi cabaña.

-¡Adoro esta cabaña! -me dijo- Siempre huele a mar. Y tu habitación huele muy bien -olfateó la sala y yo hice una mueca cómica, era raro que hiciese eso... y gracioso.

-Lo sé, sabes que adoro la vainilla -le dije con una sonrisa-. ¿Cuando nos tenemos que ir? -pregunté.

-Hoy por la tarde, a las seis -me respondió mirando mi cama- ¿Puedo? -puso ojitos de cachorrito, yo me reí.

-Claro -chocó sus palmas y se dejó caer en la cama, yo aproveché también y me senté en el borde.

Eché un vistazo a las paredes y a las cortinas. Había pasado mucho tiempo, o para mí lo parecía, desde que llegué aquí entristecida por abandonar a mis padres. Miré la ventana que daba al lago y recordé las escapadas nocturnas cuando no podía conciliar el sueño.

Había pasado demasiado tiempo... Ya no era aquella chica asustada de quince años que se instaló en la cabaña 11. Sin querer, solté un suspiro apenado y mi amiga lo oyó.

-¿Qué pasa? -dijo cruzándose de piernas sobre el colchón.

-No es nada... -mi amiga me seguía mirando- Esto ha cambiado mucho -pasé mi mano por las sábanas-. Aunque yo también, supongo... No sé, Cara, siento que este ya no es el lugar donde debo estar. Ya... ya no es mi hogar... -dije apenada, mi amiga me abrazó.

-Ahora nuestra casa está con el equipo en Nueva York -me frotó el brazo de forma amistosa-, con Tony, Clint, Natasha... Steve... -me miró y levantó varias veces las cejas de forma picante.

-¡Hey! -me indigné y cogí un cojín, estampándoselo en la cara y riéndome de ella.

-¡No vale! -lo cogió y me dio con él, caí en la cama y le saqué la lengua.

-¡Tú te lo has buscado! -así empezamos una divertida lucha de cojines que me hizo olvidar todos esos pensamientos tristes y me obligó a reírme hasta que me dolió la tripa.

* * * *

-¿Una reunión? ¿Ya?

-Sí. Date prisa -dijo Barton saliendo de mi habitación/despacho en el helicarrier que usaba poco más que para dormir. No me apetecía otra reunión.

Salí hacia la sala de siempre, esperando otra charla como las de siempre, y entré a ver las caras largas y aburridas de siempre.

-Bien. Ya que estamos todos, abordaremos un tema importante -dijo Furia una vez me senté-. Hemos recibido datos procedentes de algo desconocido, como ya sabéis. Thor ha estado investigando y ha encontrado pruebas de que no es ningún arma chitauri.

-Según Heimdall alguien ha estado saliendo de Asgard sin usar el Bifrost -nos dijo Thor con su voz gruesa-. Y sólo una persona con magia puede transportarse.

-¿Cuántas personas que hagan magia puede haber en Asgard? -pregunté.

-No muchas, sólo dos son lo suficientemente poderosas como para hacerlo. Mi madre Frigga... -hizo una gran pausa, que a mí me provocó un horrible escalofrío en la columna, y miró a todos los de la sala uno por uno- ...y Loki.

Tras decir eso todo se quedó en silencio. Cara me veía de reojo, probablemente pensando lo que todos. Y era cierto. Él realmente había estado aquí, pero sólo para verme. Esperaba que no le considerasen una amenaza por ello. En serio lo esperaba.

-Tu madre no es -le dijo Tony a Thor-. No haría algo así siendo la reina. Por lo que queda...

-Loki -acabó Steve casi escupiendo su nombre. Mis nervios aumentaron por dentro y creo que empecé a temblar de forma casi imperceptible. «¡Contrólate, contrólate!», me obligué.

-¿Sabemos por qué están visitando la Tierra? -pregunté intentando ocultar mis nervios.

-Tenemos una teoría, pero no es segura -finalizó Rogers en un tono bastante duro, le miré de reojo con el ceño algo fruncido. ¿Pero qué le pasaba? Ya sabía que Loki estaba considerado como una amenaza, ¿pero que le odiase tanto?

-Por ahora, demos por concluida la reunión. Os llamaré de nuevo si hay más pruebas -finalizó el director.

POV STEVE

Al salir por la puerta, Furia me detuvo.

-Quiero que la vigiles -me susurró señalando a Aura con la cabeza-. No le quites ni un ojo de encima. Mis agentes estarán pendientes de ella.

-Señor, ¿es eso necesario? No es ninguna amenaza -traté de cuestionar.

-Ella no, pero los visitantes sí. Vigílela, Rogers -me ordenó en un susurro demandante y serio antes de irse. Aura estaba a unos metros de mí, corrí un poco para alcanzarla.

POV AURA

-¡Hey! -me giré para saber quién me había tocado el brazo.

-Hola -no sabía qué más decir, así que sonreí.

-¿Estás bien? Te noto... distraída -me miró a los ojos.

-Sí... -suspiré- Estoy algo cansada de tocar siempre el mismo tema -hice una mueca mientras caminábamos.

-¿Qué tema? -indagó.

-Todo esto de Asgard y... Loki y... eso -no quería hablar de esto con Steve, no quería hablar de esto y punto. Pero tampoco me parecía bien que le juzgasen de forma tan dura.

-¿Desde cuándo te preocupa hablar de ello? -preguntó algo confundido.

-No me preocupa, sólo... -me froté el brazo- No sé, Steve... Nadie es tan malo ni tan bueno como lo pintan.

-Seguro que tú sí lo eres -desvié la mirada, eso no era verdad.

-Tengo que irme -dije.

-De acuerdo -comentó, yo me empecé a ir-. ¡Aura! -escuché a mis espaldas.

-¿Sí? -dije torciendo mi cabeza.

-Ten cuidado -me dijo preocupado- Con... con todo -asentí varias veces y seguí mi camino.

Entre mundos. La nueva era de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora