Tu brillo me guiará [2a Temporada] (Dylmas)

Capítulo 10

- ¿Todo está listo?

- Así es, directora.

- Bien. Entonces, sólo hace falta esperar.

Agustine dejó salir una pequeña y malévola sonrisa. Mantuvo la mirada fija en la enorme pantalla frente a ella, observando cómo lo que se le ocurrió en unos instantes, con la plantación necesario, pronto daría sus frutos.

- ¿Cómo está tan segura de que vendrán?

- Lo harán, son lo suficientemente ingenuos para hacerlo.

- ¿Y realmente cree que quieran hacerlo? ¿Después de todo lo que ha ocurrido?

La mujer se lo había preguntado muchas, muchas veces. Es la única incógnita en su plan, pero vale la pena, ya que tarde o temprano abrirán los ojos.

- Si no lo hacen al momento... lo harán después.

- ¿Y si no lo hacen a tiempo?

Agustine cerró los ojos y con un movimiento de manos de enterró un pedazo de concreto en la pierna del hombre.

- No tienes cuestionar tanto, -dijo con voz fría mientras el hombre se retorcía de dolor en el suelo- además, no hay otra opción.

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Las cosas van de acuerdo al plan, tal parece que no los han detectado. Se escabullen por los pasillos, buscándo la celda 60.

Lograron entrar de nuevo, lo lograron la primera vez hace 6 meses y ahora lo habían vuelto a hacer.

Dylan tenía la esperanza de que ésta vez se lograra su objetivo... que tras este asalto, Thomas esté de nuevo en sus brazos... Lo desea con todo su corazón.

Se esconde en una esquina. Él es el encargado de encontrar al rubio, mientras Eugene, Delsin y Theo mantenían lo cubrían manteniendo alejados a los guardias. Shai y Jo se mantienen cerca de Curdun Cay, con un plan de emergencia y también están encargadas de tener la recarga de los Conductores para la fuga. Habían decidido que Brydon se quedara en casa, no querían que algo malo le ocurriera en medio de todo el desastre.

El morocho respiró hondo y se asomó un poco para asegurarse de que nadie estaba en el siguiente pasillo. Las cosas definitivamente habían cambiado desde la última vez que estuvo aquí. No había moros en la costa, así que camino y siguió avanzando.

- Es bueno verlo, señor O'Brien.

Maldijo para sus adentros cuando la voz de Augutine se escuchó detrás de él. Dylan se dio la vuelta para ver a la mujer a la cara.

- No puedo decir lo mismo sobre usted.

La mujer se mantuvo donde estaba, y sonrió levemente. A Dylan le pareció un gesto muy extraño, Augustine no se veía tan imponente como solía hacerlo.

- Yo creo que al final será bueno que me haya visto -dice la mujer con voz calmada.

«¿Qué le pasa? ¿Se habrá drogado o algo?»

- Dudo que eso sea cierto.

- Estás indefenso, O'Brien.

- No tanto como piensas.

- ¿Crees que no sé que tus amigos están aquí?

El morocho abrió los ojos como platos. Augustine los descubrió, pero ¿cómo?

- Así es, -continuó- los dejé entrar, no es que se hayan burlado de mi seguridad -soltó una pequeña risita.

Dylan se tensó completamente. Esto no podía estarle pasando, sólo es otra de sus muchas pesadillas, y despertará en cualquier momento... Pero no era un sueño.

- Sólo querías capturarnos -murmuró Dylan.

- No, señor O'Brien, no quiero hacer eso.

Aquello sólo confundía más y más al chico. No lograba comprenderlo, si Augutine los dejó entrar y no fue para capturarlos... entonces ¿para qué fue?

- ¿Qué quieres ahora?

- Nada que me puedas ofrecer tú -Augutine vuelve a reírse y Dylan empezaba a enfurecerse, sentía como si la mujer ser burlara de él.

- ¿Entonces?

Augustine apretó un botón del intercomunicador de su muñeca y del lado del pasillo opuesto a la posición de la mujer y más cercana a Dylan, apareció un guardia escoltando a Thomas.

- Tommy...