El inicio de la ilusión

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Todo empezó en las vacaciones de verano del año 2011...
Habíamos viajado a la casa de mi abuelita como de costumbre.
Su casa estaba a menos de 10 minutos a pié de la playa, así que de ley íbamos más que seguido.
Mi hermano y yo acostumbrabamos a ir todos los días con mi abuelito, luego de la hora de almuerzo y regresábamos antes de las 6 de la tarde.
Todo era rutinario, nada fuera de lo normal solía suceder, hasta que llegaron un par de hermanos al río que se encontraba al lado de la playa, a la que obviamente yo también iba.
Cuando vi al menor de los hermanos, no me causó mucha importancia, aunque sí me parecía muy lindo, menos mal no me hice tantas ilusiones en ese instante, puesto que yo tenía unos 9 minúsculos años y para ese entonces, no era la envidia de toda niña, no me destacaba físicamente.
Yo siempre lo veía llegar con su hermano, llegué a saber la hora de su llegada y salida, la rutina con la que solía ir, con sólo oír y observar, incluso supe su nombre y el de su hermano.
Tardamos cerca de un mes para empezar a hablar y llegar a la idea de que nos habíamos hecho buenos amigos.
Una mañana soleada, mis primos me avisaron que ese niño, me estaba buscando y pues, salí de mi casa con la excusa de jugar con ellos.
Al salir, nos vimos y nos saludamos, empezamos a hablar un poco y al rato llegó un primo mío invitándonos a su fiesta de cumpleaños que sería el día siguiente, le pregunté si él iría, y me respondió que talvez, también me hizo la misma pregunta y le respondí que sí.
Mi mamá al salir, nos vio conversando alegremente, yo en ese momento pensé que ella me llamaría la atención por no haber pedido permiso, pero fue todo lo contrario, solo me miró y siguió caminando.
Él y yo continuamos hablando hasta el anochecer, hablamos de muchas cosas, y era impresionante la que me daba, me sentía sumamente importante y me sentía sobre todo, su amiga.
Me escuchó cantar, me vio bailar, me hizo reír, sonreír, y posiblemente vio mis caras raras.
Luego de tanta plática, había anochecido y era hora de que él vaya a su casa y yo entre a la mía.
Nos despedimos con un simple "Chau" agitando las manos y con una sonrisa, lo vi desvanecerse entre las luces que alumbraban la pista por la que se alejaba.
Al llegar la hora de dormir, yo estaba segura de que sólo éramos amigos y que me caía muy bien, pero mi mamá se encargó de hacer algo más con su "Ese niño es muy lindo, ¿No te gusta?" Y fue ahí cuando mi inocente e inexperta mente, empezó a maquinar y a ilusionarse con ese niño lindo que conocí en vacaciones.
Mi mente estaba llena de preguntas, de sueños, dudas, ilusiones, emociones, etc.

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⏰ Última actualización: Oct 21, 2015 ⏰

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