P U R E.

Siempre tan inoportuna.

Los días habían pasado bastante normales, iguales y aburridos, las vacaciones se habían vuelto algo tedioso y muy aburrido, ya no habían libros por leer ni videojuegos por terminar, honestamente no creo que sea bueno escribiendo, tengo varios escritos amontonados en libretas viejas y archivos en la computadora que nunca he revisitado y que solo los he escrito para mí y para tratar de desahogarme o expresarme en un momento preciso, de alguna forma mi falta de talento y creatividad me llevaron a algo que siempre agradeceré.

Fue así como terminé en un pequeño grupo de escritores y fui yo quien tuvo que estrenar ese grupo lanzando la primer historia, así "Durante la caída" tomó nombre y antes de viera la luz pedí que los demás la leyeran para que me dieran un visto bueno, al poco tiempo una notificación de mensaje me llamaba en el celular.

"- ¡Marrrrrrr!

Publica tu historia ahora, es buena en verdad. ;-;

¡LAS PUTAS CORCHOLATAS! Eso me pudo.

Me recordaste un shengo de cosas, ah.

Tu dale el estrenon a la página, vas."

¿Cómo era posible que una historia que tuve que improvisar en menos de 15 minutos para cumplir un capricho le haya gustado a alguien?

Fue así como Laura entro a mi vida, en un momento extraño de mí y bajo unas circunstancias y razones todavía más raras.

Honestamente al principio no fue nada relevante, por lo general las personas de mi edad y menores se me han hecho aburridas e incluso huecas, pero no, Laura siempre rompiendo mis esquemas desde el primer día, a los pocos minutos los mensajes cesaron, quizá había sido yo quien no fue lo suficientemente interesante o genial para mantener una conversación espontánea y agradable.

Finalmente el tercer semestre de mi carrera había comenzado, las clases lucían interesantes, hasta que un día mi profesora de apreciación estética me llamó la atención por decir que me gustaba el trabajo de Andy Warhol, llegué a desahogar mi enojo al grupo que teníamos, la única que respondió fue Laura, fue honesta y me confesó que no sabía nada de arte, la chica que dejó de enviarme mensajes a los pocos días volvió a escribirme, llevamos esa conversación sobre a un chat privado, posteriormente nos dimos cuenta que un error técnico fue el causante de que nuestra plática anterior se hubiera cortado.

Una vez esa conversación comenzó ya nunca terminó y espero jamás termine.

Conforme nuestra conversación avanzaba yo me interesaba más y más en ella, las ojeras bajo mis lentes llevaban su nombre junto con la sonrisa que se dibujaba en mis labios.

¿Me estaba enamorando de ella?, ¿ella sentiría lo mismo por mí? Fue un pensamiento que decidí suprimir un rato ya que la situación de ambos no era la óptima, aparte las posibilidades de que alguien como yo le gustara a alguien tan genial como ella estaban bajo tierra.

Este pensamiento estuvo almacenado mucho tiempo en mi cabeza y no se pudo contener una noche en donde prometí hacer una playlist solo para ella, era el momento y la forma perfecta para acercarme más a ella y compartirle algo que amaba.