3. Kindergarden

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Darcy y yo nos encontrábamos en el departamento 74 aún. Por alguna razón nos olvidamos de todo y empezamos a divagar por lugar, viendo los alrededores.

-¿Cuánto tiempo crees que tenga este lugar sin habitar?

-No lo sé realmente. Pero hay polvo por todos lados, telarañas, grietas- Declaré -. Debe tratarse de años. Pero ese no es el problema. Aquí la pregunta es, ¿de dónde viene el agua?

-Disculpen.

Me estremecí. Tanto Darcy como yo dimos un respingo, volteando hacia la ronca voz hablando detrás de nosotras.

Un hombre cuarentón, de estatura media y unos noventa kilos estaba frente a nosotras. Por su uniforme pude decir que se trataba del conserje del edificio.

-¿Se puede saber que hacen aquí? Este departamento no está siendo alquilado, por lo cual no debería haber nadie en el lugar.

-Uhm... bueno, mucho gusto, me llamo Kiera Collingwood- Le tendí mi mano, éste le dio una mirada, pero no la tomó. La devolví a su lugar de la manera menos incómoda posible, aunque no fue tarea fácil -Yo compré el departamento del piso de abajo, y he estado teniendo problemas con goteras, y quería saber qué las estaba causando.

-Mi amiga tocó la puerta, pero nadie respondió. Ésta se abrió sola y decidimos averiguar...

-Que sea la última vez. Las puedo demandar por invasión- El hombre, cuya placa en su uniforme rezaba "Stephen", dijo. Su ceño permaneciendo fruncido en todo momento.

-No era nuestra intención, lo sentimos mucho- Me disculpo por ambas, caminando hacia la salida.

-¿Y podrá reparar las goteras del departamento de mi amiga, por favor?- Pidió Darcy -Le ha estado causando muchos...

-Ahora mismo no tengo los recursos- La interrumpió bruscamente -. Al hacer los trámites de compra debieron darse cuenta de que este no era un hotel cinco estrellas.

Asintiendo, terminamos de salir del lugar, devolviéndonos a mi departamento.

-No puedo esperar a tener un trabajo estable para pagarle alguien y que repare estas jodidas goteras. He tenido tanto en la cabeza que ni siquiera he terminado de desembalar.

-Hablando de trabajos estables... ¿has conseguido alguno aún?

-No- Suspiro frustrada -. He estado pensando en buscarlo la semana que viene.

-No, no harás eso.

-¿Qué? - Frunzo el ceño, pero ella tiene una sonrisa pícara en su rostro. Oh Darcy Wells, ¿Qué estás tramando?

-Puede que alguien por ahí haya imprimido tu currículo sin tu permiso y te haya conseguido un trabajo en el jardín de niños de la ciudad.

-¡Darcy!- Exclamo en sorpresa. Debería estar enojada con ella por no haberme consultado, pero ¿cómo estarlo? No hay modo. Con esto, prácticamente se ha convertido en mi salvadora -¡Muchas gracias! - Envuelvo mis brazos a su alrededor, en un abrazo -Estaré en deuda contigo por un largo rato, te debo una.

-Claro que no- Me da un codazo en forma de reproche -. Lo necesitabas. Además, sé que te gustan los niños, ¿no es así?

-Sí, es así.

Siempre quise un hermanito o hermanita, de hecho. Pero al ver como mi familia se desmoronaba en tiempo récord, ese deseo se desvaneció. No quisiera que un niño tan pequeño pase por lo que a mí me tocó pasar. No quisiera más personas rotas en el mundo.

Al menos mi trabajo me ayudará a llevar alegría a los niños mientras les enseño cosas nuevas. Supongo que eso despejará un poco mi mente.

-¿Y cuando empiezo?

Turbid Waters → stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora