Amor a un escenario; nalu

» CAPITULO DIECISEIS

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Tome con un poco de dificultad su cuerpo entre mis brazos mientras cantaba en susurros en su oído derecho.

Tan frágil y débil que tenía miedo de romperlo con cualquier movimiento.

Pasaba mi brazos por su cintura y espalda, mientras con un movimiento trataba de que su cabeza quedará en mi hombro.

Bailamos y cante. Baile y cante para ella.

Hacía pequeñas pausas en sus partes. Tan perfecta y especial. Le cantaba día tras día hasta que abriera sus ojos.

Mi corazón lloraba, mientras mi garganta se rompía con cada palabra.

Esta vez, no tenía un acompañante con quien cantar nuestra hermosa canción.

— Te extraño – repartí besos al rededor de sus mejillas blancas — Vuelve – le susurré por último antes de meterla una vez más en aquellas odiosa camilla blanca de hospital.

A veces escuchaba a las enfermeras usmear en las puertas a estas horas. Venían y dejaban ramos en las puertas todos los días, todas de rosas diferentes. Cartas y osos de peluches diferentes.

Estoy seguro que se sentiría muy amada y avergonzada por esa acción.

Sus fans la amaban.

A veces escuchaba los susurros fuera de la habitación mencionando «Pobre chico».

Y aún que ellas pensaban que no las escuchaba, lo había hecho.

Yo no pensaba eso de mi. Yo pensaba que ella estaría bien y regresaría todo a la normalidad.

Siempre era así, cada vez, ella regresaba a mi.

***

— ¿Irás de compras? – le pregunte mientras abría el refigerador.

— No, iré a casa de Levy un rato – se colocó su chaqueta pasando por la cocina — Al parecer, Gajeel no sabe demostrar muy bien sus emociones – resopló mientras yo solté una carcajada.

— Ese tornillo jamás sabrá expresarse bien cuando se trata de su novia – me burlé tomando una lata de refresco.

— Me alegro que fueras tú en todo caso – me sonrió recargándose en la mesa de centro.

— ¿Y si no? – pregunte divertido mirando su rostro sonriente.

— No quiero pensar en el «si no» – me confesó.

— ¿También irá Juvia? – le pregunte antes de dar un sorbo más largo a mi refresco.

— Si. Quieren hablar también sobre la nueva canción que estamos escribiendo – soltó un suspiro cansado.

— Aún no esta terminada, pero sé que saldrá bien – me acerqué a ella para plantar un beso en sus labios.

— En todo caso, debería irme. Levy y Juvia me esperan – me abrazó con fuerza besándome una vez más — Te amo.

— Te amo – le conteste enseguida.

— Te veo más de rato – me dijo para salir corriendo a la puerta. Solté un suspiro sonoro por la casa.

Esa chica me volvería loco un día de estos.

Agradecí, creo que por milésima vez desde que la conocí, por haberme acercado a ella.

Agradecí, por hacer esa apuesta.

Y agradecí, por qué permaneciera a mi lado todo este tiempo.