Seguro que ese atontado de Piny se ha vuelto a meter en el mismo lío de siempre".
Milo llevaba horas intentando encontrar a Piny, su único compañero, aprovechando como siempre el amparo de la noche. Fue a los lugares en los que solía perderse, como el Lago de los Piratas, el Bosque de las Setas, o el Laberinto Multicolor, pero no se encontraba en ninguno de ellos. Sólo le faltaba por buscar en el lugar más peligroso de todos. El Hogar de Piny.
Piny era la mascota del Robot World Party, el único parque de atracciones del mundo en el que todo, absolutamente todo, estaba protagonizado por robots. Y Piny, el pequeño androide con forma de pingüino, era el rostro que lo representaba. El problema era que Piny, su compañero Piny, el bueno y tontorrón de Piny, era el único de todos los Pinys que no se había vuelto loco, y en la gruta de hielo falso que había sido su hogar se encontraban sus hermanos, decenas de pingüinos a los que parecía que lo único que les interesaba era destruir a cualquier robot que se les pusiera por delante.
En la anterior ocasión en la que Milo tuvo que ir a rescatarlo de ese lugar lograron huir por los pelos. Y sólo fue gracias a que mientras corrían, perseguidos por varias decenas de pingüinos diabólicos, se toparon con un pobre y viejo robot de mantenimiento al que pillaron por sorpresa y sobre el que se abalanzaron sin compasión. Cuando se dio la vuelta, Milo sólo alcanzó a ver una gran marea negra de pingüinos, y del otro pobre robot sólo se veían las piezas que iban saltando desde dentro de la marabunta, mientras que sonaba un terrorífico coro de graznidos entonando una canción de destrucción.
Pero no tenía más remedio que ir de nuevo al Hogar de Piny. Si no quería perder a su único amigo, el único robot del parque (y posiblemente del mundo) que no se había vuelto loco, debía rescatarlo.
Milo tenía el aspecto de un soldadito de plomo, con el tamaño de un niño y rostro de un antiguo juguete de madera. Su uniforme militar de brillantes colores llamaba mucho la atención a los visitantes del parque (cuando los había habido), con su casaca azul, sus adornos dorados, y su sombrero de copa alta completamente engalanado. Completaba el disfraz un precioso mosquete, un rifle de aspecto arcaico del que nunca se separaba a pesar de que lo único que era capaz de disparar eran confetis y serpentinas.
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soldados de juguete
Randomperecia en la lll guerra era lo peor que le podia haber pasado en la humanidad o depronto para siempre, y aquellos que debieron ser nuestros salvadores , se convirtieron en nuestros verdugos. los robots se revelaron para exterminar aquienes lo crear...