VI

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Akira Suzuki 
Llegué a mi casa, recordando que mi madre volvería dentro de media hora.
Temía que Saeko estuviese durmiendo, así que hice el menor ruido posible.
Cuando estaba llegando a mi habitación, escuché unos ruidos, gemidos mejor dicho.
Me acerqué a la puerta de madera barnizada y la abrí.
-¡¡¡AKIRA, AUXILIO!!!- Gritó mi hermana, parecía que estaba llorando.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, puede ver a alguien montando a mi hermana, un sujeto, no era Takashima.
Agarro firmemente los cabellos de la persona y la arrastro hasta el pasillo, en donde podría ver su asqueroso rostro. Era Yuu, mi padrastro, con su miembro erecto por encima del su pantalón.
- Hijo de...- Hablé en voz baja, me subí a sus caderas y comencé a golpearlo.
El hombre al que le habíamos regalado nuestra confianza se aprovechó y abusó de mi hermana, aquello no tenía ni tendrá ningún perdón.

Shiroyama, en un movimiento rápido, me arroja al suelo y se coloca arriba mío. Aquel hombre dio un fuertemente golpe en mi nariz, provocando que mi vista se nuble y que mi cuerpo funcione como el de un borracho.

Se paró, metió su miembro adentro del pantalón y lo cerró. Paso seguido, volteo mi cuerpo y lo levantó, estampándolo contra la pared.
- Mira a tu hermana ¡Mírala!- ordenó. Saeko estaba parada al lado de la puerta de su dormitorio, observando. -No querrás que le pase algo malo ¿O si?- Preguntó. Asentí. -¡Habla!- Agarro mis cabellos, controlando mi cabeza, la golpeó contra la pared. No podía moverme,  mis brazos estaban amarrados en mi espalda por él.
-¡NO!- Grité.
- Entonces, me vas a obedecer en todo lo que te pida.- Susurraba en mi oído, sin dejar de inmovilizarme.- Si te das el placer de desobedecer, tu hermana pagará el precio, ¿Entendiste?- Volví a asentir.
No podía dejar de ver aquel rostro de preocupación y culpabilidad desde la pared.

Sentí que mis pantalones se bajaban hasta dejar mi trasero a la intemperie, Shiroyama hizo que en curve mi espalda, separó mis piernas y dio una palmada a una de mis nalgas.
- Esto es porque me golpeaste en la cara.- Su pene entró en mi cavidad anal, de un solo golpe, sin piedad.
- Ahh... -Gemí del dolor. Mis manos quedaron libres, pero no las utilicé para defenderme de la penetración, sino para aferrarlas a la pared y esconder mi cabeza entre ellas. -Saeko vete a ohh... Tu... Tu cuarto... Ahhh... maldita sea.- Ordené  entre gemidos. Ella me hizo caso.
Mi padrastro gemía del placer mientras que yo del dolor. No podía soportar más, lagrimeo estúpidamente sin dejar de rasguñar la pared.

- Ya llegué a casa.- Anunció mi madre apenas entró.
-¡Bienvenida!- Dijo Yuu, sacando su miembro erecto, besa mi cuello. -La próxima vez voy a llegar hasta el final. Vas a tener que suplicar y llorar hasta que pare.- Me susurró al oído y bajó las escaleras.

Trago mi saliva, mientras subo mis pantalones y trato de aliviar mi dolor.
- Akira..- Saeko sale ya vestida, guiándome hasta mi habitación. - ¿Estas bien?-
-Perfecto, nunca había estado mejor.- Respondí irónicamente. -Voy a tener suerte si no me agarra una hemorragia.- Mi espalda duele, no puedo sentarme ni caminar normal.
-Tenemos que decirle a mamá.- Propuso Saeko.
Bajamos las escaleras, tapandonos con nuestra madre y su pareja hablando felices.
- Chicos,  que bueno que bajaron...-Miró a su amante.- Les tenemos que decir algo.- Su felicidad era extrema a diferencia de nosotros.
- Nosotros también tenemos que decirte algo.- Miramos a el rostro vanidoso de Yuu.- Y tenemos pruebas.- Terminé de informar, instantáneamente, el rostro de Yuu cambio a serio.
- Primero les diré yo.- Nuestra madre sacó unos papeles de su bolso. -Estoy embarazada.- El mundo se detuvo unos minutos, mientras que mi hermana y yo tratábamos de razonar.

ViolaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora