Oda al árbol

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 Al observar a este vestigio se puede apreciar un panorama misterioso e incluso mágico, rodeado de la tórrida y abrasadora manta de Helios que nos refleja la increíble creación de una chispa de color, frescura, fortaleza e imposición efímera e imperfecta.

Un ser hospitalario a la par que condenado por la desgraciada realidad a servir de ancla de la vida, purificador divino, que en compañía de sus semejantes, bien titanes, bien enanos, afrontan el maldito destino que los ha marginado a observar, impotentes, la destrucción de su paraíso ahora convertido en un simple espacio vacío por dentro, lleno de humo, polvo, ruido, y un pensamiento cuadrado que no permite el cuidado sincero de lo que se le ha arrebatado a estos nombrados héroes ya que, sin quejido ni rabieta, siguen acogiendo bajo su regazo a los pobres damnificados, desde grifos y dragones hasta hormigas y ratones.

Pero al final, los mártires de esta historia, siempre impregnados de humedad y viento, musicalidad y armonía, movilidad estática, echaron raíces en el infinito, dejando huella de su valentía, alegría y bendita tortura que se les ha impuesto, la bondad incansable incluso ante su propia perdición, retumbará y estremecerá en cada alma y psique de sus verdugos.


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⏰ Última actualización: Oct 23, 2015 ⏰

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