Prologo

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Prólogo:

Todo estaba oscuro y silencioso a mi alrededor. Algo dentro de mí me susurraba que algo iba a salir mal, que todo era un terrible error y que debía salir de ahí. Me limité a ignorarla, no me iba a dar por vencida ahora.

Trepé con facilidad el alambrado que separaba a la preparatoria Washington del parque local. Me habían desafiado a pintar con aerosol los casilleros frente a la dirección para enfurecer al regente. Yo había aceptado, claro estaba, no pensaba quedar como una gallina frente a mis amigos.

Me encontraba en mi etapa de adolescente rebelde, pero no era del todo mi culpa. Mis padres me descuidaban y mi hermano falleció en el ejército hace algunos meses. No le importaba más a nadie y una gran depresión me había abordado. Hasta que encontré a mi actual novio Jacob, él es un poco peligroso. Se droga y bebe en exceso pero aún así no me obliga a hacerlo y me trata como siempre quise ser tratada.

-¿Todo bien? –me preguntó, entrelazando nuestras manos.

Asentí con la cabeza y corrimos hacia el interior del edificio. En las noches la puerta del gimnasio se mantenía abierta ya que estaba roto el cerrojo, obra de mis amigos. En fin, entramos por la puerta trasera y corrimos silenciosamente por los pasillos hasta llegar a la dirección. Jeremy, el hermano de Jacob, me tendió un aerosol rojo y me guiñó un ojo. Solté un largo suspiró y luego me acerqué a los casilleros. Debía escribir "La escuela apesta", tal y como me habían dicho. Estaba nerviosa, debo admitirlo, nuestras bromas siempre habían sido un poco más tranquilas pero nunca algo así.

Miré a ambos lados del pasillo, estaba desierto a excepción de mis amigos y yo. Cerré los ojos y los volví a abrir, destapé el aerosol y antes de que pudiera arrepentirme escribí lo acordado.

-Se volverá loco –aseguró Lola, una chica de último grado cuyo cabello estaba pintado de cinco colores distintos, su ropa era absolutamente toda negra, al igual que su maquillaje, y sus notas eran absolutamente desastrosas.

-Vámonos antes de que nos descubran –comentó Jacob tomando nuevamente mi mano.

Caminamos por el extenso pasillo hasta llegar al gimnasio, todo estaba oscuro y silencioso tal y como lo había estado unos minutos antes.

-¿Quién anda ahí? –la voz del guardia nocturno llegó a mis oídos y sentí como mis músculos comenzaban a paralizarse. Miré a Jacob, él comenzó a tirar de mí pero al ver que no me movía me dejó y se alejó corriendo junto a los otros.

Sentí una mano fría y áspera cerrarse en torno a mi brazo y supe que ese era el principio de un gran problema.


Say No More |Justin Bieber| |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora