capitulo 1

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La esperanza.

en un instante levante mi mirada al cielo, y sabia que no estaba solo. Tendido allí me encontraba sin explicación alguna, junto aquel viejo árbol que siempre fue mi confidente en los días en que me embargaba la tristeza.
intente moverme, pero era imposible, respire, y con gran esfuerzo moví mi mano como queriendo tocar las nubes que corrían a lo lejos.
Paso el tiempo, no se cuanto, pero mi cuerpo temblaba y sentía el frío que recorría mi espalda y se alojaba muy adentro de mi corazón el cual le costaba latir con mas frecuencia.

La herida que atravesaba mi existencia, cobraba ya su permanencia, no obstante eran inmensas las ganas de vivir, estando aferrado a los recuerdos...

Era una tarde de enero, hacia un poco de sol y el viento que al pasar traía olores peculiares, no dejaban leer a aquel hombre que sentado en la banca del parque, solo esperaba una luz en su vida, que hasta el momento estaba llena de monotonía.

El libro que leía trataba de un mundo de fantasía donde los sueños se hacían realidad con tan solo pensarlos...

Estaba tan concentrado en su lectura, y su cuerpo trataba de hacer una curva donde la cabeza ya terminaba entre las rodillas, como queriendo ser uno solo con su libro, mientras transcurrían las horas, los minutos, con la gente que pasaba y lo veía de forma extraña, pero eso a él no le importaba, porque en su mente ya estaba viviendo un capitulo, de hadas, duendes, princesas y castillos....

¡Hola!- se escucho proveniente de una vos sutil y expresiva.

-Si tu ¡hola!-... 

Santiago, levanto la mirada medio extrañado. Hubo un momento de silencio, el pensó por un segundo estar viendo un hada, su cuerpo delgado, su cabello rubio, ojos verdes como el mismo color de la pradera y su sonrisa que podía iluminar hasta la noche más oscura....

Mi nombre es Mauren, y estaba mirando tu libro, ¿parece muy interesante verdad?

Con voz suave y tímida el contesto...

 Hola..Soy Santiago ..mmm y si es interesante..

Tratando de evadir esa tierna mirada se concentro en su libro, y sus pómulos pasaban de blancos a rojizos, era la primera vez que se interesaban en algo que también a él le gustaba...

-Santi, te puedo decir Santi verdad?...

 -si no hay problema. 

Contesto Santiago pero sin quitar la mirada del libro.

Ella se sentó junto a el, no lo podía creer seria eso lo que estaba esperando, lo que anhelaba desde que murieron sus padres y decidió ser solo el, o estaba fundido con un sueño en los que solía ausentarse del mundo. Por un instante la total paz interior inundo su alma, tomo valor y continuo la charla.

-Señorita, es un día muy lindo, y tu que haces por estos lados...

-Dime Mauren..., y caminaba cuando te vi sentado, me llamo mucho la atención el libro que tienes en la mano, quieres contarme sobre el.?

Como negarse a esa voz, como no querer compartir con aquel ser, pues fue así como Santiago decidió desahogar su imaginación, y pinto el cielo de animales fantásticos, aventuras que el anhelaba vivir entre valles y bosques.....

-Lo siento Santi, no me di cuenta la hora me tengo que ir, mañana espero verte otra vez la pase estupendo contigo. Ella dejo un beso en su mejilla y partió. Santi  sin poderse mover la vio alejarse.

Era de mañana, Santi había estado muy intranquilo esa noche porque esperaba la hora de verse con Mauren, sera un sueño? Se repetía mientras pellizcaba su brazo. Sonó el despertador sin pensarlo voló de la cama , cruzo el corredor de aquella casa antigua que había heredado de sus padres muertos, entro al baño y con una sonrisa en la cara se miro al espejo, nuevamente no lo creía, pero bueno había que disfrutar el momento de gloria, -La victoria se acerca, ese grito rompió el silencio el silencio de la casa, se baño, se vistió pero esta vez dejó los pantalones rasgados, la camisa con su anime preferido, las zapatillas blancas que habían perdido el color, esta vez uso un pantalón deportivo, las zapatillas que no había querido estrenar, y un buzo color negro que destacaba sus ojos verdes, se puso colonia y puso tres libros en su mochila, quería encontrar una escusa para pasar mas tiempo con su nueva ilusión.
Cerro la puerta de madera que sonaba como película de terror y con un tarareo tomo el camino al parque donde su corazón sabia que estaba Mauren.

Miro para todos lados, y no la podía hallar, en un principio de lleno de angustia, pero entendió enseguida como una mujer tan bella podría fijarse en el, no era de creer, que iluso soy. Saco un libro y comenzó a leerlo cuando en su espalda escucho un murmullo.
Hola Santi... Fue ahí cuando su alma se lleno de alegría sin dudarlo giro su cabeza y sonrió era  Mauren que esta vez vestía un vestido de verano estampado en flores que nada le hacían juego con botas negras de amarrar.

Hola Mauren no te esperaba.

Dijo -Santi pero en su mente sabía que se moría por volver a verla.

Santi hoy no quiero que estés así sentado quiero que me acompañes a un lugar que me gusta mucho, quieres?

-Dale no hay ningún problema.

El disimulo la cara de entusiasmo.

-Toma mi mano y ven.

Como pudo tomo su mano, era un momento épico y empezaron a caminar a un costado del parque donde había una fuente, al comienzo Santi solo disfrutaba de su linda compañía pero enseguida noto algo extraño el  camino se alargaba mucho entre arbustos y rosales, esto no estaba antes, pensó pero no se detuvo si soltó la mano de Mauren que corría como si conociera el camino de memoria.
Avanzaron unos minutos cuando de repente Santi con cara de asustado se detuvo y pregunto.

-Oye  esto esta muy raro no conocía esta parte del bosque que pasa?

Mauren le dio la espalda, por un instante no le dijo nada luego se acerco a el y casi tan cerca como para darle un beso dijo, - Te pido que mires con tu corazón y confíes en mi.
Santi ya estaba asustado pero a su vez apenado porque no podía dejar de mirar su boca rosada, y sus ojos brillantes. Sintió una pequeña brisa, levanto su mirada, lo que veía no lo podía creer, no era cierto, donde estaba se preguntaba una y otra vez. Habían toda clase de arboles de diversos colores, de ves en cuando veía pequeños seres que corrían tenían la forma de duendes que ya había visto en la pasta de sus libros. Por un instante se olvido q estaba acompañado, giro su cabeza y no vio a Mauren, estaba solo y ya no veía el camino por donde había entrado, bueno no queda sino seguir caminando pensó el.
Varios minutos estuvo caminando sin rumbo fijo, esperando saber dónde estaba, pero entre mas caminaba mas extraño era todo, en un  comiendo pensó que  no era  mas que un sueño hasta que sintió que jalaban su pantalón.

SuspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora