Luz estaba aburrida y quiso bajar de las montañas. Ella se convirtió en fénix y voló hacia abajo. En un bosque, encontró un claro y se quedó allí, volviendo a su forma original.
Pasó un rato y se hizo de noche. La joven escuchó unos ruidos y se inquietó.
-¡¿quién es?! o ¿¡quiénes so?!- dijo Luz tímidamente.
Nadie respondió. Solo vio sombras que se acercaban a ella.
-¡no se me acerquen!- gritó la chica.
-enfréntalos- dijo una voz que provenía en un árbol.
Era Drago, acostado en una de las ramas gruesas del árbol.
-¿y cómo se supone que lo hago?- preguntó ella.
-tu lo sabes muy bien- respondió el chico.
-ah... cierto, tengo poderes- reaccionó la joven- gracias.
Luz liberó su poder, se convirtió en fénix e hizo desvanecer los espíritus. Drago se quedó impresionado, ya que no sabía que ella era la heredera, y sus ojos se llenaron de ira. Luego, este se desapareció.