El adíos

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5 años atrás

Nos encontrábamos en un local de comida rápida pensaste o tal vez creíste que viniendo a comer la noticia seria menos dolorosa, cuando era todo lo contrario, aquí me trajiste la primera vez que salimos, cuando solo éramos amigos pero nuestras miradas demostraban lo contrario; solo estabas retrasando lo inevitable, hace días que lo veía venir, pero no quería aceptarlo, no podía dejar de estar nervioso, veía como tomabas tu café con la mirada fija en la nada, ni siquiera me querías ver, ¿tanta pena reflejaba mi rostro?, yo no podía pasar mi comida sentía el pecho apretado y en la garganta se me hacia un nudo tan solo de imaginar lo que estarías por decirme, porque conocía esa mirada era determinación y tal vez decepción, desilusión, esperarte a que terminara de comer cuando por fin decidiste hablar.

-Donghae tenemos que hablar, ya no puedo seguir con esta situación, es muy frustrante para mi, o poder salir como una pareja normal, que te escondas, no mejor decir, que me escondas de tu familia, yo ya te presente a la mía tu porque no puedes o no quieres presentarme a la tuya, no me vengas con la misma excusa absurda por favor esa ya me la sé de memoria, solo dame una buena razón para quedarme a tu lado, para seguir a la sombra hasta que decidas por fin admitir que quieres a un hombre porque amarme lo veo muy difícil, dime algo que no sepa, dame un motivo para seguir aguantando estar oculto y no gritar a todos que te amo.

-No tengo nada que decirte que no sepas ya, claro que te amo como nunca creí poder llegar hacerlo, pero por favor entiende, no puedo irme y dejar todo botado la demanda contra mi madre es muy fuerte, llevara un tiempo, no puedo atormentarla diciéndole que soy gay, aunque creo que sospecha, si lo llega a saber en estos momentos podría vender la casa, pagar la deuda que tiene y dejarme botado, aun no es tiempo para que ella se entere.

-Si decide correrte sabes perfectamente que mi casa siempre está disponible, pero tienes que decidir de una buena vez si estás dispuesto a aceptar que estas con migo o de plano aquí dejamos todo, pero medias caras ya no quiero, no puedo seguir así. Así que decide todo vamos y me presentas o aquí termina todo.

Comencé a llorar de manera silenciosa, no podía ir a i casa y presentarlo, simplemente no podía, la demanda que tenia mi madre era por parte del hospital donde estuvo internada para recibir su tratamiento de quimioterapia, nos acababan de decir que estábamos ganando la batalla contra el cáncer de matriz pero que teníamos que pagar o no podrían seguir con el tratamiento, cosa que Hyuk no sabía, no quería hostigarlo con mis problemas, su salud estaba muy delicada y no quería añadir mas preocupaciones a mi madre; el simple hecho que Hyuk estuviera a mi lado era más que suficiente para yo poder sobrellevar todo este estrés, pero mi silencio fue lo que acabo alejándolo, simplemente dejo unos billetes en la mesa, se dio la vuelta y con un -hasta luego, gracias por jugar con migo- se marcho.

Corrí a alcanzarlo, lo jale del codo y lo bese con desesperación, tratando de trasmitir todo mi dolor y tristeza, mi frustración, mi amor afligido, me respondió del mismo modo con desesperación, dolor e incluso un poco de rudeza, me jalo hasta su moto, no dijimos nada, manejo muy rápido, acelerando de vez en cuando, salimos de la ciudad, tomo camino por una carretera que ya conocíamos muy bien, nuestro destino, un motel de paso, se me hizo un nudo en el estomago sabía perfectamente lo que esto significaba y aun así no pude oponerme, lo deseaba más que nunca.

Entramos, pago por una ventanita camuflada que había en la pared, cerca de la puerta, nos miramos y sin mediar palabra comenzamos a besarnos, o más bien a comernos la boca, con furia, dolor, estaba tan desesperado que no me di cuenta en que momento me sangro el labio solo hasta que el sabor metálico inundo mi boca y ni aun así paramos, no me queje.

Sus manos descendieron por mi espalda, luego empezó a busca la hebilla de mi pantalón los desabrocho con brusquedad y los bajo junto con los bóxer, me quito la camisa casi arrancándola, no me dio tiempo a nada, cuando apenas iba a quitarle su playera, me empujo contra la cama, caí acostado boca arriba enseguida se desprendió de su ropa gateo hasta quedar sobre mí, comenzó a morder con brusquedad mis pezones tirando de ellos con sus dientes y luego lamiendo para así aliviar un poco el dolor físico porque el de mi alma no había modo, sus manos recorrían mi cuerpo apretando, masajeando como queriendo recordar con su tacto cada centímetro de mi piel, yo solo podía jadear y suspirar mantenía mis ojos cerrados disfrutando del momento, sus manos encontraron mi entrada y sin humedecer sus dedos ni nada metió dos de golpe, no grite, no pude, me deje hacer, movía su mano de manera brusca sus ojos se conectaron con los míos, no había amor en su mirada solo dolor y yo empecé a derramar lagrimas silenciosa me mataba que me viera de esa manera, quería me amara, sentir su cariño no su coraje, pero este acto no era de amor, era una despedida, saco sus dedos me coloco con las rodillas sobre el colchón y la cabeza pegada a este, me penetro fuerte y comenzó a embestir y pese a todo mi dolor y tristeza sentí placer, el tenerlo tan dentro de mí, rompiendo no solo mi cuerpo si no también mi corazón me provoco un placer enfermizo, ya que en este acto tan salvaje me estaba demostrando lo mucho que me amaba y lo que le dolía dejarme, sentí como pego su pecho a mi espalda, su mano se coloco en mi torso y nos levanto a ambos, seguía penetrándome, recargo su cara en mi hombro y comenzó a repartir besos por mi cuello y oído, mientras con su otra mano libre me masturbaba de manera ruda, casi dolorosa, sentí humedad en mi hombro y lo escuche sollozar, con cada estocada sus sollozos aumentaba hasta convertirse en llanto, llego el punto en que los dos estábamos llorando pero aun así no paramos, el orgasmo nos alcanzo de manera violenta, sentí como mi ser se inundaba de su semen y me corrí en su mano, manchándolo todo, caímos sobre la cama, exhaustos, enseguida se levanto, me tendió la mano y nos dirigimos al baño, tomamos una ducha rápida y silencioso, la ultima que compartiríamos.

Salimos del hotel, me dejo cerca de mi casa, ya que nunca le había permitido llegar hasta la puerta, me dio un beso en la frente y con un -fue un gusto formar parte de tu vida- se fue, dejándome con el corazón hecho trisas.

T?@


Fui tu amor, ahora no soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora