La chica sube corriendo las escaleras. Tiene la sensación de que le van a anunciar una noticia. Y eso la inquieta, pues no sabe si va a ser algo bueno o malo.
-Oh, ya estás aquí... tengo algo que decirte.
Se lo temía. A ver qué le dice su padre. Al menos está sonriendo, aunque la noticia puede que le haga feliz a él, no a su hija, que lo mira intrigada.
-Bueno, he decidido que...
Se pone nerviosa. Escucha ruido y voces, y juraría que viene de su casa. Pero, ¿quién puede estar ahí?
-¡He decidido que Alicia y yo vamos a casarnos!
Toda la intriga se ha convertido en indignación.
-¿Qué? O sea... no puede ser.
Su padre está muy sonriente. Y aún tiene algo que contarle a la chica.
-Y bueno, Alicia tenía un hijo, de diecisiete años. Venga, voy a presentártelo.
En el salón de su casa se encuentra con la nueva esposa de su padre y un chico alto y moreno que la mira seriamente.
-Victoria, te presento a Marc. Tu nuevo hermano.