Capítulo II

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Después de asombrarme por el paisaje a través de la ventana de mi habitación, intento despabilarme y ponerme con el día que me espera. Elijo la ropa y me visto rápidamente sin querer desperdiciar un momento del día. Bajo las escaleras vigorizada, haciendo mi ruta hacia la cocina y pensando que podría desayunar hoy. Veo a mis padres emprendedores de buena mañana, mi padre en el sillón junto al ventanal leyendo el periódico que deja el cartero cada día con nuevas noticias golosas que te dan intriga por saber que está ocurriendo. Me acerco a él y le doy un beso.

Voy a la cocina y veo a mi madre preparando manjares. Es su afición favorita, la cocina de cualquier tipo como repostería, cocina exquisita... Siempre está dispuesta a probar con nuevos platos, nuevos sabores y nuevas combinaciones. Le digo buenos días contagiando mi felicidad y le hago sonreír.

-¡Buenos días mi vida! -Aquí tienes tu desayuno y tu almuerzo para un día beneficioso, las comidas más importantes del día dice con su sonrisa.

- Muchas gracias mami- le digo vigorosa mientras le doy un beso en la mejilla.

Pienso donde tomar mi desayuno, si en la mesa del salón o en la mesa del comedor. Hoy me apetece estar aislada de las cosas electrónicas, así que decido ir a la terraza a que me de el aire. Respirar ese aire húmedo después de una noche de borrascas y tormentas, con la sensación de escarcha que aún sigue sobre las plantas. Termino mi desayuno nutritivo y friego mi plato y mis cubiertos para no tener que hacerle la labor a mi madre.

Vuelvo a mi habitación, preparo la bolsa con apuntes, libros y mi estuche. Me la coloco sobre el hombro y salgo de casa.

Influencias negativasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora