-¡¡¡Laura, dale bajá que se les hace tarde, mirá que hoy Martín tiene torneo...!!!-llamó mi mamá por quinta vez. Cuando mi hermano tiene torneo, significa que (como vamos a escuelas diferentes) el tiene que llegar diez minutos más tarde de lo normal, y como es muy poco considerado, se toma todo el tiempo del mundo, así mis papás se ven en la obligación de dejarlo a él primero y a mi después, cuando tranquilamente podría ser al revés. Sus ganas de molestarme son infinitas.
-Ya voy, ma...-le respondí con mucho disgusto, cambiándome de ropa por tercera vez (¡más de la mitad de la ropa del placard me queda chica!) y yendo a buscar el bolso de ropa que me pasó mi prima.
Cuando estaba sentándome en la mesa, mamá me llamo desde la puerta:
-Laurita, vení, mirá, llegó una carta para vos...-dijo mamá.
-A ver... -dije extrañada-mmm... ¿segura de que es para mi, mami...?.
-Si hija..., mira el destinatario...
-Segura, segura,no ...?- pregunté aún muy extrañada, revisando la carta por adelante y atrás, de arriba a abajo, confirmando que era para mi, pero aún así sin animarme a abrirla, apoyándola en la mesita ratona del living, empujando la para el lado de mamá-No vaya a ser cosa de que no sea para la vecina de enfrente, y que se hayan equivocado y hayan puesto mi nombre, mi apellido, mi dirección y... -dije muy rapidito.
-Pero por favor, hija, dice: "Para Laura Arbondes. De: Ezequiel Blanqlla"... Lo conoces...?- negué con la cabeza- mmm... Seguro que es ese chico nuevo de tu curso, él que dijiste que presentaron el jueves, justo vos faltaste, vos lo conociste el viernes. Seguramente te escribió una carta para que le expliques un par de cosas, que les pases los apuntes, los horarios...-ahí se detuvo un momento, bajó la vista, agarró la carta, frunció la boca, me miró y me sonrió- que forma más romántica, no? Ahora, no, yo pienso en voz alta, si este chico Ezequiel...- y ahí se quedó hablando sola, porque yo me fuí al baño a arreglarme el pelo.
Apenas terminé, le di un beso a mamá y me subí al auto, con la carta en una mano y sosteniendo la mochila al hombro con la otra.
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El Banco de la Plaza.
Teen FictionApenas leí la carta llamé a Paula, y le pedí que a las 4:30 fuera a la plaza, que la esperaba en el lugar de siempre, en los bancos que están frente a las hamacas.