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No me sentía mejor.

Era casi el final del semestre y seguía atascada en aquella noche.

Logre presentar una carta al decano, pidiéndole que por motivos de fuerza mayor, una mentira descarada, pero no del todo una mentira, no podía seguir en la clase de ingles, en la clase de WIlliam.

Afortunadamente William había sido lo suficientemente sensato para aprobar mi petición. Y ahora estaba terminando el curso de manera virtual. 

Antonie constantemente me preguntaba que pasaba, nunca respondí. 

En lo que a mi concernía William era como la peste y lo evitaba, o a cualquier posibilidad de encontrarlo, como si mi vida dependiera de ello. 

Era un campus lo bastante grande para ocultarse ¿cierto?

Pues no, lo había visto en un par de ocasiones. 

Seguía siendo tan imponente y hermoso como siempre. 

Me había mandado una cesta llena de libros y una tarjeta de regalo de Starbucks. Había una carta, no la leí, no utilice la tarjeta... y los libros, había sido una tentación mas grande pero hasta ahora no los había tocado, todo seguía en aquella cesta debajo de mi cama. 

Verlo me revolvía el estomago, pero aun agitaba mi corazón de la manera mas absurda e irracional, me daba asco, pero que Dios me perdonara aun sentía cosas por él. 

Ahora estaba en el centro, en un lindo restaurante cerca de una enorme zona forestal, un hermoso parque decorado con luces y serpentinas.

Me había arreglado, usaba un vestido aguamarina, era entallado en el busto y hasta la cintura y luego una falda con vuelo terminaba el atuendo, usaba unos zapatos de plataforma color marfil y peine mi cabello en una trenza un poco desordenada que caía sobre mi hombro izquierdo. 

Si,estaba cenando sola, para muchos podría ser patético, pero no me importaba me gustaba salir y arreglarme por mi. No para complacer a alguien mas. 

-Te ves hermosa- 

La profunda y candente voz tras de mi, me hizo apartar la mirada de la ventana. Jonathan estaba tras de mi, tenia un traje de 2 piezas azul petroleo, con una impecable camisa blanca, sin corbata. 

Su cabello estaba solo ligeramente arreglado y bajo la luz tenue del restaurante parecía rociado con polvo dorado. Su ojos brillaban con un deleite que no lograba entender.

-Gracias- 

Me miro, casi con timidez -¿puedo sentarme?-

No pude evitar que mis labios se fruncieran mirarlo era doloroso, mas de lo que me gustaría admitir.

-esta bien- respondí al final, no era su culpa. 

-Lo siento- dijo cuando se sentó- sus ojos me miraban con profundo arrepentimiento y tuve que apartar la mirada cuando mis ojos se empezaron a llenar de lagrimas -no sabia que tu no sabias lo que iba a pasar- 

-Esta bien- susurre ¿que mas podía decir? 

yo tenia mi parte de la culpa en todo esto, debí parar y largarme 

-Eres la primera por la que me golpean- dijo sorprendiéndome -William y yo lo habíamos hecho antes, nunca lo vio tan... posesivo acerca de alguien- se quedo callada pensando e hizo una mueca de dolor cuando se reclino en el asiento 

Lo mire estupefacta

-mis costillas aun se están recuperando del asalto- trato de reírse pero una vez mas sus labios se crisparon de dolor

Suprimí de inmediato la ridícula esperanza que trajeron sus palabras 

-Lo siento- dije, aunque no sabia porque 

-no lo hagas, estoy bien- Su mirada se torno seria y pesaroza una vez mas -no quiero que te quedes con esa impresión mia, me gustaria que charlaramos, si no es ahora, entonces esta noche- 

Me quede mirandolo por lo que parecia una eternidad, él traia consigo el recuerdo de la peor noche de mi vida, aun me heria profundamente recordarlo. Justo cuando iba a responder una hermosa mujer, con un cabello platino -tinturado, pero bueno- le sonrió a Jonathan 

-Te están esperando- dijo en voz melosa 

Jonathan asintió -me temo que esta noche no cenare con ustedes- su mirada se clavo en la mía esperando por alguna señal de que yo no estuviera de acuerdo. Pero tenia que hacer las paces con aquel recuerdo y él tenia razón

al menos deberías conocer un poco la persona de la que dejaste que te follara por venganza

aquel susurro indicioso me quito el aliento

-Pero...- la ruina hizo un mojin al que Jonathan le dio una mala mirada 

-Estoy bien Jessica- le dio una mirada severa y con eso y una ultima mirada de arpía hacia mi, se fue

-Entonces...- dijo mientras llamaba a un camarero -¿cual es tu color favorito?- 

la pregunta tan fuera de lugar casi me hace escupir el pequeño trago de agua que había acabado de beber. Me reí, el sonido parecía ronco y extraño. No lo había hecho en días. 

Lo mire, agradecida. 

Esa fue solo la primera de muchas risas aquella noche.



¿como podía redimir aquel error? ¿como podía recuperar a la única por la que había perdido el control y le había gustado? 

La veía constantemente, había aceptado su petición de alejarse de él.

Pero volvería por ella.  

Haría lo que fuera por recuperarla, incluso un estudiado profesor como el sabia que sus error podría ser imperdonable, pero haría lo que tuviera que hacer para traerla de vuelta

Ahora solo le daría tiempo. 







My sole regretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora