Quería hacerlo mío y esta vez no me refería a ninguna acción física. Quería hacerlo mío. Quería que en sus pensamientos solo estuviera yo y nadie más, quería que sus suspiros fueran por lo mucho que me amaba, quería que sus sonrisas fueran por algún texto inesperado con mi nombre, quería el sonido de su risa solo para mí, quería ser su amiga, su novia, su amante, quería serlo todo para él y él todo para mí. Quería sentir que me miraba de la misma forma en la que yo lo miraba a él, como si no existiera nadie más. Quería que me buscara en sus momentos felices, desde algo tan pequeño como pasar de nivel en su juego favorito hasta algo tan importante como lograr alguna de sus metas. Quería que me buscara en sus momentos difíciles, de esos en donde no quieres hablar con nadie, de esos donde no le encuentras solución a las cosas y todo va mal, quería ser su apoyo. Quería cargar esa tristeza por él y cambiarla por felicidad. Quería que sintiera mariposas al hablarme, quería verlo nervioso cuando estaba conmigo, quería que su corazón se acelerara por mis besos y caricias. Quería ser su refugio, su lugar favorito. Quería que supiera que conmigo podía quitarse la capa de superhéroe y ser la persona en aprietos porque yo estaría allí para apoyarlo. Quería que me mostrara todos sus lados para amar cada uno de ellos. Quería mucho, más de lo que me podía dar. Quería hacerlo mío porque ya yo era de él.
