Capítulo 1

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Jennifer en multimedia.

JENNIFER

-Bueno, dame tu número -pidió el chico de cabello rojo.

-No, lo siento, acabo de conocerte -negué y rodó los ojos.

-¿Cuál es tu número? -volvió a preguntar.

-Ay, Dios. Me da pena contigo pero no soy fácil -el pelirrojo bufó.

-A ver, señorita, ¿necesita la recarga sí o no? -reí. Lo estaba tomando del pelo.

-32044567661.

Con mi recarga ya hecha salí del establecimiento de servicio al cliente y tomé un taxi. No soy muy fiada de estos medios de transporte, siempre estoy pendiente de cada movimiento del taxista y cada calle de cruza. Con tanto peligro hay que estar a la defensiva, igual siempre traigo conmigo una navaja por si algo, normal.

Pago la cantidad requerida al taxista y bajo. Todo parece estar en orden, no hay bomberos, no hay policía, todo con mucha calma... ¡esto no está bien!
Corro hasta llegar a la puerta de la casa, antes de entrar inhalo y exhalo lista para cualquier cosa.

Abro la puerta y entro. Doy el primer paso, el segundo, el tercero y empiezo con las zancadas. La sala está sola, limpia, ordenada y sin nada roto.
Reviso cada lugar de la casa y subo las escaleras hasta llegar al cuarto de mis hermanos, abro la puerta y no creo lo que estoy viendo.

Ethan y Grayson están recostados en sus poof's cada uno con un vaso gigante de Dead Pool y un pote de palomitas, también, gigante. Tienen la vista clavada y yo dirijo mi vista hacia allí. Están viendo ¡Teen Wolf!
Está confirmado, se acabará el mundo.

-Chicos... ¿se sienten... bien? -pregunto con cautela. Mis hermanos no son para nda quietos, siempre hacen algo y no bueno y verlos aquí, sentados, callados y con la casa en perfectas condiciones me hace pensar que les pasó algo en la cabeza.

-Hola, Jenn -dijeron a la vez sin despegar la vista del televisor. Agh, cuanto odiaba que hicieran eso.

-¿Se sienten bien? -vuelvo a preguntar.

-Sí... ¡no! ¡con él no! es estúpida esa niña -exclamó Grayson.

Estan así por esta serie de adolescentes, guao, estoy sin palabras. Con 9 años tienen un vocabulario no muy bueno, pero buh... lo aprendieron de mí.
Es gracioso que ellos vean esa serie y yo vea caricaturas.

-¿Y por qué no están jugando?

-Por mí -dijo una voz y volteé. Era Peter, mi mejor amigo.

-¿Cómo así?

-Yo soy la causa de que mis sobrinos estén tranquilos -mi expresión confundida lo insitó para seguir-. Esa serie es muy popular y me puse a verla pero me aburrió, cuando me levanté del sillón ellos se sentaron embobados y murmuraban "Vampiros..." les gustó y decidí traerlos acá para poder ver South Park abajo.

Conque eso era... nunca se me ocurrió. Creo que tanta pintura en mi cabeza está haciendo efecto.

-Genial, te felicito, por fin utilizaste esa cabecita -dije saliendo de la habitación.

-¡Hey! yo siempre la útilizo. Solo que tú no estás cuando pasa eso.

-Ajá, como digas, Pit.

Escuché a los perros ladrar y supe que mamá había llegado. Bajé en carrerita las escaleras y me tiré en sus brazos.

-Hola, mami, ¿cómo te fue?

Bufó. -Hoy pasó algo horrible.

-¿Qué? -cuando ella decía que era algo horrible no exageraba.

-Se nos fue Thor -suspiró-. Estaba demasiado viejo -«Thor era un tigre»- y tenía ciertos problemitas en su sistema inmunológico y... y... no lo pudimos salvar -dijo entre sollozos.

Mamá trabaja en Veterinario Extremo y a la vez los cuida, ella aparece en televisión. Es muy buena en su trabajo. Ella se encariñó mucho con Thor, llevaban siete años juntos. Varias veces yo fui con ella y con esas pocas veces me llegué a encariñar a esa criaturita.

No sabía que decir. No soy buena dando ánimos en estos momentos.

-¡No te desanimes! vamos de compras -mamá amaba ir de compras, desde joven.


















N/A: actualizo cada tres días, x.

-Heartless.

Personita Especial ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora