Monstruario

¿?

 Lo que hace es disfrazarse de algo y comportarse como una persona normal. Pero si alguien le molesta demasiado... Ésa persona desaparece misteriosamente. La gente que le rodea comenta lo desafortunado que es nuestro extraterrestre (aunque ellos no saben que es un extraterrestre, claro) porque todo el mundo a su alrededor desaparece. Nada más alejados de la realidad, puesto que el monstruo no se siente desafortunado en absoluto. La verdad es que es muy feliz tal y como es y no duda en explotar su poder si la situación lo requiere. Por ejemplo, si se enfada con alguien y en ése momento tiene hambre, se lo come. Si hay una persona que no para de explicarle cosas que no le sirven para sus fines, le hace desaparecer la boca con sus poderes (que consisten en unas garras exageradas que cortan todo cuanto tocan). Si otro humano desea pegarle o infringirle dolor del modo que sea, lo secuestra y lo tortura hasta que el otro suplica la muerte; y entonces lo deja en libertad una hora para volverlo a secuestrar justo antes de que entre en su casa después de varios días. Y luego, por supuesto, lo mata.

 ¿Cuándo volverá a su planeta? Nunca. De eso podéis estar seguros, porque mis fuentes de información son muy fiables. Mucho. ¿Moriréis al leer esto? Bueno, no creo que debáis preocuparos por ahora. Luego hablaré de su selección de víctimas. ¿Cómo es? La verdad es que cambia de forma según lo necesite en el momento. Puede ser muchas cosas (un niño, una jubilada, un perro, una abeja...), aunque tiene predilección por su disfraz de farola. Con él puede observar sin tener que fingir y, además, le resulta maravilloso ver cómo reacciona la gente cuando es asesinada por una farola.

En cuanto a la selección de víctimas, la verdad es que es prácticamente inexistente. Como he mencionado antes, simplemente mata a quienes le molestan. En el fondo es un ente pacífico y tierno. Es más, dentro de poco, un director de cine aburrido decidirá sacar a relucir su faceta tierna y hacer una película tipo "Crepúsculo" en la que un solitario y atractivo chico se enamora de una solitaria y atractiva chica que en realidad es un temerario pero romántico extraterrestre asesino. Esto es pura ironía, por supuesto; que a nadie se le ocurra iniciar una historia de este calibre con nuestro monstruo como personaje principal.  A no ser que el escritor en cuestión busque un método de suicidio original...

Estemos en lo que tenemos que estar: la Entrevista. Recalco que no es "una entrevista", sino que es "La Entrevista", ya que no se trata esta vez de un seguido de preguntas formuladas a inocentes víctimas, sino que está hecha al propio extraterrestre. ¿Sorprendente? Sí. ¿Difícil de conseguir? Para mí, no tanto como pensáis...

-Supongo que quieres seguir manteniendo tu anonimato hasta el final, ¿no es así?

-Por supuesto, Gataca, por supuesto. Si revelas mi nombre al final todo tendrá más gracia, no sé si me entiendes...

-Más que nadie, querido.

-Eso pensé. Bueno, tus fieles lectores estarán esperando empezar la entrevista en sí. Dispara.

-Claro. ¿Es dura la vida de villano?

-No si es tu verdadera vocación. Eso sí, como se te ocurra coger el oficio de asesino simplemente porque no te admitían en ninguna universidad, estas perdido. Es un oficio tristemente corrompido...

-¿Corrompido? ¿A qué te refieres?

-Oh, pues está muy claro. El asesinato entre humanos lo ha destrozado todo. Es horriblemente vergonzoso eso que hacen... Y además no hay ningún motivo detrás. Dime, Gataca, ¿dónde has visto a dos lobos matándose y torturándose mutuamente simplemente porque se han pasado de vueltas?

-En ninguna parte, querido.

-¡Claro que no! ¡Ni lo verás jamás! Eso es algo totalmente primitivo y... Y primitivo. Debería estar prohibido.

-Y lo está.

-Pues debería estar más prohibido. Esto que te voy a contar no lo sabe nadie, pero en más de una ocasión me han quitado a mis víctimas delante de mis narices. Eso, un monstruo no lo hace jamás. Los monstruos, mutantes, y extraterrestres tenemos nuestro código de asesinatos según el cual se tienen que respetar los crímenes de cada uno. Pero eso los humanos no lo entienden. Y por eso no deberían ser asesinos.

-Estoy de acuerdo. Pero esto no es una conferencia para la paz mundial.

-Pues pregúntame otra cosa.

-¿Alguna vez has perdonado la vida a alguna de tus víctimas?

-Jamás. Es algo de lo que me enorgullezco, puesto que no es nada fácil. Hay gente realmente convincente... ¡Pero yo no soy un corrupto, no señor! Soy un profesional. Y acabar lo que empiezas entra en el código de los míos.

-Ya veo... Eh... Querido, pareces extrañamente nervioso esta noche. ¿Hay algo que te preocupe y que quieras compartir con el resto del mundo?

-Eh... Estoy bien... Muy bien... No tengo ni idea de a qué te refieres con lo de  inquieto... Porque soy feliz... Tremendamente feliz...

-¿Seguro? No pareces muy contento.

-¡No, no estoy contento porque no quiero compartir nada con el resto del mundo! ¡Ahí está el problema, Gataca! Tú me has obligado a hacer esta entrevista sin quererlo yo.

-Mátame si así lo deseas. ¿O hay algo que te lo impida? Yo desde luego no...

-¡Sabes perfectamente que no puedo matarte!

-¿Dónde está tu profesionalidad, mi amadísimo amigo?

-¡Yo no tengo por qué aguantar esto! Me voy. Hasta dentro de mucho, espero.

-Volverás cuando yo lo diga. De todas maneras, hasta la vista, Gataca.

Y así termina la corta entrevista a mí misma. Bueno, no a mí misma; a mi yo asesino, más bien. Siento su comportamiento infantil, pero no le gusta que le saquen faltas. ¿Habéis entendido, queridos lectores? No le gusta que le saquen faltas. Así que votad mucho para que no me enfade, ¿está bien?

Hasta que volvamos a vernos...

Gataca