Alguien toca la puerta, aún es muy temprano, nada estaba ordenado en la casa, pero quien llega sin avisar no puede esperar nada espectacular dentro.
Abrí la puerta y me asombré al verla, imagen del deseo y la pureza, una vieja amiga.
- Hola - Me saludó con vos suave.
- ¡Hola! - Le respondí alegre, ella no dijo nada más - No esperaba verte hoy, ¿Me avisaste que pasarías de visita? Los móviles no son confiables últimamente - Continué mientras sacaba mi celular del bolsillo para chequear los mensajes.
- No, no avisé que vendría - Dijo levantando las manos para que no siguiera indagando en el artefacto.
- ¿Quieres pasar? - Le pregunte observando que no entraba por sí sola, como solía hacer.
- No, solamente vine aquí para decirte algo - Silencio.
- ¿Estás segura de que no quieres pasar? ¿Acaso ocurrió algo malo? - Se mostraba tímida, como nunca, nuestra relación era relajada, jovial y repleta de confianza, ahora parecía diferente.
- No gracias - Respondió velozmente limitándose a responder solo la primer pregunta; no me miraba a los ojos, todo era atípico en ella esa tarde, sus ojos brillantes acostumbraban eclipsarme la vida, cómo cuando la conocí. Estaba resplandeciente y despreocupada, abierta a escucharme aunque no entendía palabra de lo que hablaba, le contaba de mis problemas sin saber que ella sería uno nuevo de ellos, una imposibilidad vestida de compromiso con otro hombre.
- Y...¿Qué querías decirme? - Me miró a los ojos, eso me hizo volver del pasado.
- Yo...- Sus pequeños labios rosados trataban de musitar algo, para no perder la costumbre los miré de reojo, sabía que estaba mal, eso ya no podía hacerse, aunque era embriagador verlos temblar.
¿Qué es lo peor que pudo haber pasado para presentarse sin aviso? ¿Para tardar tanto en decirlo? Quizás habría quedado embarazada de su pareja y no tenía apoyo, tal vez venía a mi buscando consuelo y no prestaba la habitual confianza para no quebrarse.
- Es algo que esperé para decirte, quería que estuviéramos en igualdad de condiciones, y también es para compensarte un momento - ¿De qué hablaba?
- No logro entenderte - Le dije sinceramente.- Me gustabas...muchísimo, no podía decirlo antes porque habría sido un momento difícil de manejar, solo habría complicado las cosas para ambos - Me quedé atónito, no me esperaba eso, en este momento, justo ahora, después de años de ocurrida mi confesión y su negativa, su burla, su risa, su hermosa risa que era como insomnio en botella, pero ahora...
- ¿Por qué decís esto? - Pregunté confuso.
- Hay muchas cosas que están permitidas tener en vida para darle sentido a esta, un sueño por ejemplo, una esperanza, un mal recuerdo, un amor imposible... Yo decidí que fueras el último mencionado, aunque ya existía alguien en mi vida a quien llamar amor; me abriste un mundo lleno de anhelos y protección incondicional incluso a la distancia, que yo solo podía imaginarme para otra vida...-
- ¿Por qué ahora? - ¿Por qué? ¿Por qué tan tarde? ¿Por qué lo ocultó por tanto tiempo? ¿Por qué lo llamo imposible si yo estaba entregado por completo a ella?- Ahora nos atan las mismas cadenas - Comenzó - estamos envejeciendo, cada día me muero un poco más con un hermoso secreto que puede seguir creciendo en mi incluso en el paraíso, donde lo imposible ya no es una opción. Solo quería que lo supieras... - Se giró para marcharse pero mi mano se aseguró de tomar su muñeca, no se volvió a mi cuando sintió el tacto, permaneció de espaldas, mi reacción había sido inconsciente, mi cuerpo se movió por voluntad propia, aún sabiendo que aquella no era la piel que debía sostener.
- ¿Cuanto duró? -
ESTÁS LEYENDO
D(ebo)E(sperar)S(in)E(speranza)O(...)S(ucumbir)
Short StoryAlguien toca la puerta, no esperaba a nadie, pero ella estaba ahí, otra vez...