Nuestros días de cama. Que te conviertas en una volita y yo en la capa protectora que la recubre.
Helarte con mis pies fríos por no llevar calcetines. Coger tu mano y ponerla en mi espalda, tripa o cualquier parte caliente de mi para que no te mueras de frío mientras esperamos que la cama se ponga calentita.
Me encantan esos segundos de frió titiritante en el cual tengo la mejor escusa para apegarme lo mas posible a ti y tocarte todo el cuerpo antes de, acto seguido, ver como tu cara cambia a una expresión de felicidad y éxtasis total. Creo que ese es de todos los momentos del día, mi momento preferido, y anhelo con todas mis fuerzas poder tenerlo todos y cada uno de los días en todas las estaciones y aun que me muera de calor, buscare otra escusa para poder recorrer todo tu cuerpo antes de ir a dormir, pues eres mi mejor remedió para las pesadillas.
Desde el principio sentí que los problemas eran más pequeños en tus brazos, que la mierda de allí fuera esta fuera de nuestro mundo y cuando estamos juntas no nos afecta para nada. Me das fuerza, me llenas de energía, me das imaginación, me creas de ideas y deseos por los cual luchar y eso no lo hace cualquiera gracias por ser diferente y seguir a mi lado. Estoy contenta de pasar un día más a tu lado. Es como si por solo ese simple motivo ese día ya fuera importante. Tu lo haces importante aun que no hagamos nada de nada; el perro en la cama o soñar acurrucaditas una al lado de la otra.
Acabo de releerme este texto, quiero que sea perfecto para ti y estoy sonriendo, ¿Estás sonriendo tu? Espero que sí pues es la intención de este escrito, robarte otra sonrisa, lo siento por ser tan ladrona pero quiero que sean todas mías.
