Capitulo 2

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Capitulo 02

Todo estaba oscuro a mi alrededor y podía sentir la respiración e, incluso, algunos ronquidos de mis compañeras de dormitorio. Cerré mis ojos con fuerza procurando no llorar.

¿Cómo diablos llegué aquí? Me pregunté tapando con mis manos mi rostro. Solté un leve sollozo y eso fue lo único que necesite para romper a llorar. Por Dios, extrañaba tanto a mis padres. Sí, los mismos que me habían dejado de lado. Sobre todo extrañaba a mi hermano, deseaba con toda mi ser que él no hubiese fallecido. No es su culpa que yo me encuentre en un reformatorio, la culpa es mía de eso no cabe duda, pero si él estuviera aún vivo las cosas serían completamente distintas.

Me bajé con cuidado de la litera intentando no despertar a la chica que dormía en la cama de abajo. Salí de la habitación con cuidado y caminé en oscuras hacia el baño.

Abrí la puerta y entré en la habitación. La luz de neón blanca provocó que mis ojos ardieran aún más. Me acerqué al lavabo y abrí el grifo de agua fría -la única que había, mejor dicho-. Acuné el agua en mis manos y luego lo llevé a mi rostro. Hice lo mismo una, dos, tres, cuatro veces hasta que mi rostro dejó de tener manchas de lágrimas y el color rojizo había disminuido un poco.

Salí del cuarto y caminé dos pasos hasta que una luz cegadora se posó en mis ojos. Por inercia llevé mis manos hacia mi rostro para recuperar uno de los sentidos más importantes que poseía.

-¿Qué haces aquí? -preguntó bajando la linterna hacia el suelo. Saqué las manos de mi rostro y miré a quién me hablaba.

Genial, pensé, el rubio sexy al acecho.

-Necesitaba ir al baño -dije en tono de obviedad-. ¿Acaso eso es un delito?

Llevó una de sus manos a su rostro y soltó un suspiro de frustración para luego acercarse a mí. Posó una de sus manos en mi codo y me miró con cara de pocos amigos.

-Nadie puede salir de su habitación en tanto las luces son apagadas, nadie sin autorización.

Sentí como una oleada de nervios se posaba en mi estómago e inmediatamente quise salir corriendo para alejarme de él y que esa horrible sensación abandonara mi cuerpo.

-No lo sabía -me limité a contestar mientras forcejeaba con un único fin: que su mano soltara mi brazo.

-Eso es obvio -soltó mi brazo con brusquedad y la imagen de mi mano chocando con su mejilla apoderó mi mente-. Vuelve a tu habitación.

-Si mi general -contesté irónica mientras acariciaba el lugar en donde su mano había estado segundos antes.

-El sarcasmo no te ayudará aquí -me informó con el ceño fruncido. Blanqueé mis ojos y emprendí mi camino hacia el dormitorio-. Y Destiny -exclamó en un tono de voz más alto pero aún así nadie en un radio de diez metros podría escucharlo-, mañana después del desayuno te quiero en mi oficina.

Asentí con la cabeza para luego trotar hacia mi destino. Subí a la litera con cuidado y me recosté sobre mi incómoda cama. Miré al techo y solté un largo suspiro.

-Genial, Destiny -susurré en voz baja- la cagaste.


Say No More |Justin Bieber| |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora