Prólogo

14 1 0
                                    



Había pactado con Matt, encontrarnos cuando todos ya estén dormidos.

Salí de la habitación, cautelosa y silenciosamente, para que nadie me escuchara. Mientras estaba cerrando la puerta, en el momento que me voy vuelta me choco con Doug.

- Um, hola - le sonreí.

- ¿Qué haces a esta hora levantada? - me preguntó frunciendo el ceño. Me di cuenta que tenía su mano en mi cintura y eso, realmente, me ponía nerviosa.

- Y...yo estaba por... - Oh, por Dios, no sabia que decir - Estaba por salir a tomar agua. Sí, por tomar agua - Sonreí nuevamente, Doug me miro ingenuamente.

- Si iras a tomar agua, entonces, ¿porqué estas vestida así? - Ups, me había olvidado que llevaba un vestido corto y mis sandalias.

- Eeem.. Esta bien, no se mentir. Me voy a encontrar a tu hermano. -

- ¿Con mi hermano? - preguntó en un tono no muy amigable.

- Si, conmigo. ¿Algún problema hermano querido? - Respondió otra voz. En ese instante nos dimos vuelta y allí estaba. Matt.

- No, ninguno. Que les vaya bien, me retiro. - Suspiró y camino cabizbajo.

- Ven, salgamos. - Dijo Matt, asentí silenciosamente mientras lo seguía, a la puerta por la que tendríamos que salir.

______________

- ¿Estas bien? - me pregunto cautelosamente. Una vez que ya estábamos afuera, caminando hacia el centro del pequeño pueblo.

- Si, solo que me sorprendió. No paso nada, quédate tranquilo. - Me gire hacia él, empece a reír.

- ¿De que te ríes? - me preguntó sonriendo

- ¿Te imaginas si hubiera sido alguno de nuestros padres? Mi excusa del agua, si que no habría sido de ayuda. - Solté una carcajada.

Sentí que parábamos de caminar y me agarraban de la cintura. Matt, me miro a los ojos. Estábamos a centímetros, podría inclinarme una pulgada y besar sus deseables labios.

- ¿Alguna vez te dije, que me encanta tu sonrisa? - Su fresco aliento a cigarrillo y menta chocó en mi cara. Automáticamente me sonrojé y me fue imposible no mirar sus labios.

- Cállate, sabes que me pongo como un tomate, eres un idiota. - Matt sonríe y me mira con cara para que continuará. - Pero déjame decirte que esta noche te ves extremadamente sexy.

- ¿Si? - asentí, sonriendo. - Entonces, no te molestara que te besé. -

Apenas pude reaccionar a sus palabras, Matt me apretó delicadamente contra él y, me besó. Nuestros labios empezaron tocarse lento pero delicioso, realmente he esperado mucho tiempo por esto. Lo agarre de su rostro e insentifique el beso. Nuestras lenguas empezaron a hacer contacto. Y allí, empezó una revolución en nuestras bocas. Me apreté contra él, y recibí su maravillosa respuesta un gemido. Cuando ya nos faltaba el aire, nos separamos con nuestras respiraciones aceleradas.

- Si, no quieres que entremos, te lleve a mi habitación, te muestre cosas que nunca has visto y te haga gritar como una loca desquiciada. No vuelvas a hacer eso. - Me hablo con su voz agitada.

Oh por Dios, no puedo haber dicho eso. Definitivamente, estaba caliente. Se acercó nuevamente a mi oído y dijo:

- Después seguiremos con esto, solo mantente alerta porque lo que dije antes. Lo voy hacer realidad y lo vas a disfrutar. -

Por favor, que alguien me hecha hielo encima de lo caliente que estoy.

- Ven, sigamos. Se me antoja un helado y se que a ti también. - me miro sonriente. Mientras me regalaba un beso rápido.

____________________

Paige no sabia que después de esa noche, todo cambiaría.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 25, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El placer de lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora