The One I Want (Niall Horan)

17

Apenas abrí la puerta, le permití primero el paso.

-Wow, lindo lugar -silbó contemplando el interior.

-Es acogedora, ¿verdad? -sonreí con orgullo observando también, mientras cerraba la puerta principal.

-Bastante, me gusta mucho.

Caminó con pasos lentos y vacilantes, observando cada detalle, hasta que yo llegué a su lado.

-¿Te sirvo algo?

Niall sonrió; la verdad es que la sonrisa le sienta bien, tiene una sonrisa preciosa.

-No me tientes, acabamos de comer pero yo no soy de resistirme mucho a la comida.

Reí. Era algo irónico, porque era una persona muy flaca, y aún así, me decía aquello. Quisiera tener el metabolismo de Niall Horan, por favor.

-Yo me serviré agua -le dije-, si quieres algo acompáñame.

Y dicho eso me dirigí a la cocina, sabiendo que Niall me estaba siguiendo.

-También querré agua, por favor -dijo.

Sonreí, tomé dos vasos de vidrio del mueble y vertí agua fresca en ellos.

-Gracias -murmuró antes de beber un gran trago de agua cuando se lo entregué.

-No hay de qué -dije antes de imitarlo.

Cuando Niall se acabó toda el agua, suspiró y me miró.

-Bien, entonces ¿qué se supone que haré cuando Megan llegue?

Lo miré por un par de segundos y después recorrí la cocina con pasos lentos bajo su mirada expectante.

-En realidad no lo sé. Pensemos en algo.

Niall permaneció callado por un momento.

-Carly, soy una mierda con las ideas. ¿Por qué crees que necesito tu ayuda? -se burló de si mismo.

-Bueno, ya, ya. Tranquilo.

Pensé nuevamente, con la presión de que Megan llegaría en cualquier momento y bajo la intensa mirada de Niall que ponía toda su confianza en mi para conquistar a mi hermana. ¿Por qué me había metido en este embrollo?

-Bueno, lo que podemos hacer es lo siguiente: cuando Meg llegue... Podemos... -pensé unos segundos más, esperando que una buena improvisación llegara a mi cabeza-, podemos fingir que yo me desmayo y tu te acercas a mi a rescatarme.

Niall asintió pensativo, con sus azulados ojos bien abiertos.

-Pero yo no sé qué tengo que hacer cuando alguien se desmaya, ¡simplemente entro en desesperación! -se agitó.

-Haces un drama para todo, princesita -reí burlona.

Niall me miró como si yo hubiese dicho algo realmente atrevido e insolente.

-No soy una princesita, soy un macho -habló mostrando sus bíceps hacia mi. No estaba nada mal, debo admitir-, soy una bestia, un hombre.

Pero toda la seguridad que tenía al hablar se debilitó al ver mi rostro que decía algo así como "no puedo tomarte en serio". Frunció sus cejas y se cruzó de brazos, los cuales, repito, no estaban nada mal.

-Empieza a respetarme como tal -me amenazó.

-Lo siento -reí un poco-, bestia.

Y volví a reír, los labios de Niall amenazaban con tironearse para arriba, pero no pudo contener la sonrisa por mucho tiempo.