Capítulo 42

571 40 0
                                    

Jess

- ¡Dallas, por favor! Quiero ir, por favor.- Le ruego por milésima vez.

- Deja de saltar sobre mi espalda y tal vez, sólo tal vez, te diga que si.- Me pide y me echo a reír.

Está recostado boca abajo en la cama y yo estoy saltando en su espalda como una niña caprichosa. Me tiro al otro lado de la cama y lo miro haciendo un puchero.

- Di que sí.- Le doy un beso en la frente y sonríe.

Han pasado cuatro días, es domingo. Dallas y yo vamos muy bien desde que nos reconciliamos, no hemos discutido y hemos dormido juntos todas estas noches. Hoy al despertarnos en mi cama, me comentó que su madre le había invitado a una cena familiar pero él no quiere ir.

- Bueno, si te quitas mi camiseta.- Me guiña un ojo, me pongo de pie sobre la cama y me la quito sin más.

- Ya está.- Grito mientras me cubro los pechos con los brazos.

- Ven aquí.- Dallas se levanta hasta sentarse y me toma de las piernas, me hace sentar en su regazo e intento cubrir mi rostro sonrojado.

- Mírame, bonita.– Pide y alzo un poco la cara – Ya te he visto muchas veces sin ropa, deja de sentir vergüenza de ese cuerpo tan bonito que me encanta ver. 

- ¡Dallas! - Me quita los brazos que tapaban mis pechos y de un solo movimiento el queda encima de mí.

Empieza a besarme los pechos y me rio por el cosquilleo. Me remuevo un poco cuando empieza a torturarme con su boca.

- Eso fue por haberme rasguñado tanto la espalda.

- ¡Dallas! - Grito al sentir como succiona.

- Y eso fue porque me gusta que grites mi nombre.

Me levanta un poco y me ayuda a ponerme su camiseta de nuevo.

- ¿Entonces si iremos?- Pregunto una vez más.

- Es a las seis, tenemos que salir de aquí a las cuatro si quieres llegar.

Luego de lanzarme para darle un abrazo, me levanto y empiezo a arreglar todo. La mañana pasa rápido, desayunamos y luego me da una gran noticia, la mejor noticia que pudo haberme dado.

Dallas echó a Jade de su casa. No desconfío de Dallas con alguna mujer, a excepción de ella. 

Nos duchamos, almorzamos y ahora estamos casi llegando a la casa de sus padres. Estoy tan emocionada y tan feliz. ¿Habrá presentado a sus padres a alguna otra chica? ¿por qué me habrán invitado? ¿qué les dijo Dallas sobre mí? Quisiera hacerle mil preguntas pero sé lo mucho que le molesta eso así que prefiero callar.

Nos detenemos frente a un gran portón y sale un señor de cabello blanco. 

- Nícolas - Empieza sonriente - todos juraban que no vendrías, ¿y está hermosa señorita quién es?

- Jessica.- Respondo con una sonrisa.

- Oh, eres la misteriosa chica entonces. Un gusto, mi nombre es Richard y soy el mayordomo principal de la casa Brett.

¿Mayordomo?

- ¡El gusto es mío! – Respondo sin poder ocultar mi sorpresa. 

La inmensa puerta se abre y cuando avanzamos por aquel gigantesco jardín, me quedo impactada. Dallas estaciona alrededor de una gran pileta. La casa de sus padres es una mansión. 

Sabía que tenían mucho dinero pero no creí que era tanto. 

- ¿Nícolas? - Le sonrío.

- Ni se te ocurra llamarme así alguna vez.- Se echa a reír pero sé que lo dice en serio.

Inesperadamente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora