Capítulo 5

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La puerta se abrió y Astrid despertó al instante.
- Hola Astrid, soy tu enfermera, me llamo Grace. Y estoy aquí para ayudarte en lo que pueda.- habló tan rápido que apenas y pudo entenderle.-Bueno, puedes levantarte, ya te han quitado las cintillas de metal.

Astrid no lo había notado, ya se podia mover libremente.
Se fue levantando lentamente.

-Tienes que seguirme para que puedas desayunar.

Al salir de la habitación, sintió una ola de desesperación, las lagrimas comenzaron a salir;las limpió antes de que Grace volteara.
-Excelente.-miró a Astrid con una sonrisa sincera y comenzó a caminar .- Ahora
lo que tienes que hacer es desayunar todo lo que te den, tomarte las pastillas a la hora asignada, no debes pelear con los demás compañeros, recuerda que ese tipo de conducta...

Mientras Grace seguía hablando, Astrid miraba los pasillos, a unos tres metros adelante, un chico de rasgos asiáticos intentaba escapar de dos enfermeros.
-...También puedes utilizar un teléfono y llamar a tus padres, ya sabes por algo de ropa, cepillo de dientes y recuerda que nada de objetos pelogrosos;entonces,¿está todo claro?-preguntó Grace.
-Si, todo claro.- dijo Astrid saliendo de sus pensamientos.- ¿Puedo salir al jardín yo sola o me tienes que acompañar?
Grace la miró con el ceño fruncido.- Por ser el primer día, te tengo que acompañar.Pero primero a desayunar.- le abrió la puerta de la cafetería. La detuvo del brazo.- Recuerda lo que te dije, comelo todo,ellos te observan.- y Astrid noto a quienes se refería.

En las esquinas, incluso en algunas mesas habían doctores fingiendo platicar, o tal vez no fingían. Enseguida reconoció la sonrisa de Mary. Sus ojos se cruzaron y Astrid desvió la mirada hacia la comida.

En la fila estaba el chico de rasgos asiáticos, acompañado de dos enfermeros. Del lado izquierdo se aproximó una mujer alta y delgada con lentes y cabello corto.

-Ryo, me alegro que te hayas calmado.-ahora se dirige hacia uno de los enfermeros.-Marcus, dale esta medicina a Ryo y encargate de que se la tome.-Marcus asintió mirando a Ryo.

La fila fue avanzando, es turno de Astrid, su estómago ansía comer, pero ella no.
Elige una crepa de fresa, con leche y un poco de fruta con granola.
[Oh no, ahora tengo que buscar una mesa.]
Astrid recuerda que antes no comia en público, tenía que comer todo el tiempo en su habitación o se escabullía en las bodegas de la cocina para comer.
[Tranquila,todo va a estar bien, solo escoje una mesa que esté sin ocupar.]
Fue caminando hacia una mesa que estaba al fondo en una esquina. Comenzó a partir la comida en pequeñas porciones y comerla lo más rápido posible.

-Así que tu eres la nueva chica desafortunada.

Al levantar la vista se dió cuenta de que el joven de rasgos asiáticos estaba sentado frente a ella, Ryo; y lo más probable es que ya llevara tiempo allí sentado observándola.

[Lo miro directamente a los ojos para que no note mi cara de sorpresa.]

-¿Qué es lo que quieres?-preguntó Astrid en tono cortante.
Ryo alzó las cejas y esbozó una pequeña sonrisa.
-Quiero respuestas.-dijo Ryo
-Ya,pues lo que pasa es que para dar respuestas necesitas primero las preguntas,y el caso es, que yo no quiero escucharlas.- Astrid se levanta y toma la charola para dejarla en la barra e irse a su habitación.

Cuando Astrid había dado la vuelta,alguien la tomó del brazo y la jaló hacia atrás,la charola se le fue de las manos y se cayó.

[Increíble, primer día en la cafetería y tengo que ser el centro de atención, todo gracias a ese maldito asiático.]

Los guardias se aproximaron a separarnos antes de que mi puño se estrellara en su estómago.
-tenemos un código B:2 en la cafetería.-dijo el guardia hablándole a su radio.-repito,tenemos un código B:2 en la cafetería.

30 segundos después entró Grace junto con Mary y otros dos hombres.
Podía sentir la adrenalina que corría por sus mismas venas y suponía que venía lo peor. Inyecciones.

- Grace, yo no, no estaba haciendo nada,lo juro, el fue quien me agredió.- Astrid comenzaba a sentir como el miedo la empezaba a consumir lentamente.

Grace la miró con una sonrisa y con su boca articuló las palabras"te creo".
Astrid ven,tenemos que hablar.-dijo Mary.

Los otros dos hombres se hacercaron a Grace y el que tenía pinta de ser el doctor,tomó una jeringa.

Ryo ya no tenía fuerzas para safarse de los brazos de los corpulentos guardias. El doctor se acercó y lo inyectó.

-Astrid...-fue la última palabra que quedó flotando en el aire antes de que Ryo cerrara los ojos.




Mi yo y mi otro yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora