-¿Qué me ha pasado?, ¿Dónde estoy? - Aun aturdido.
Me desperté en una habitación oscura, tenebrosa, en la cual, había un televisor, que emitía luz, pero, era extraño, no había ningún canal sintonizado, solo veía líneas blancas y negras, cruzando la pantalla. Noté algo extraño en mi pecho, era algo metálico, cuando baje la mirada para ver de qué se trataba, no me lo podía creer lo que mis ojos estaban viendo.
Estaba suspendido en el aire, sujeto únicamente por un arnés, hecho de cadenas oxidadas que estaban fijas al techo del recinto. También, tenía tanto brazos como piernas encadenados al suelo, y una última cadena, a modo de collar, también anclada al piso.
Sin esperarlo, en la televisión se inicio un video, por desgracia, ya sabía quién era el autor...
Esa marioneta era inconfundible, estaba en un retorcido juego del asesino llamado "Puzzle".
-Hola, Alberto. Quiero jugar a un juego, durante estos dos últimos años, en las fechas de Halloween, has creído justo y divertido hacer sufrir a tus amigos con bromas pesadas y burlas a causa de las mismas. Hoy todo va a cambiar, como habrás notado, estas colgado y atado de pies, manos e incluso del cuello, estas cadenas poco a poco irán tirando de tus extremidades, hasta que, si no lo evitas, te las arranquen haciendo de esta situación una muerte trágica. Tienes seis llaves en el arnés principal, cada una sirve para un único candado, averigua cual es cual y libérate. Tienes un minuto. ¡Que comience el juego!- Dijo la voz que provenía del televisor.
- Se que hay un activador, si no me muevo, no tendría que activarse, tendré que averiguar en donde esta e intentar no hacer movimientos bruscos, no quiero iniciar el temporizador.- Pensé.
Era una situación extraña, pese a estar jugándome la vida, no estaba nervioso, ni si quiera preocupado. Solo pensaba en cómo moverme lo menos posible para no activar ese mecanismo con mi la que mi vida se podría acabar en cuestión de segundos.
Comencé a realizar pequeños movimientos, intentado saber donde estaba exactamente el activador. Tras unos minutos de movimientos lentos, conseguí encontrar el activador, estaba anclado a la cadena que rodeaba mi cuello, tenía sentido, pues si quería ver las cerraduras necesitaría mover el cuello, o quizá no era necesario, es decir, si me guiaba por el tacto quizá podría liberarme de las cadenas de mis brazos y piernas y tener un minuto para quitar los candados restantes, parecía buena estrategia.
Cogí la primera llave, que resultó ser la de mi brazo izquierdo, cuando iba a introducir la llave, esta se deslizó por mis dedos ligeramente, haciendo que me moviera rápidamente para evitar que esta se callera al suelo, con tan mala suerte que el activador, se activó.
Rápidamente, comencé a notar una sensación de peligro extremo, mi mente pasó de estar relativamente relajada a estar completamente alterada. Introduje la primera llave, liberando uno de mis brazos, esto me llevó unos quince segundos, había sido muy lento.
Cogí la siguiente llave, perteneciente a mi pierna derecha, esta llave la devolví a su lugar, me parecía más fácil si primero me liberaba de las cadenas que estaban en la parte superior de mi cuerpo. Tras varios intentos logré liberar el brazo y mi cabeza, solo disponía de veinte segundos para soltarme, y me quedaban tres llaves, cogí dos llaves y con una llave en cada mano, libere mis piernas, quedaban diez segundos, rápidamente recogí la ultima llave, que servía para liberarme completamente del arnés y caer al suelo, logrando superar la prueba. Debido al estado de ansiedad que estaba experimentando y a mis manos sudorosas, liberarme se me hizo difícil, pero finalmente lo logré.
Al caer al suelo, pude ver como el temporizador llegaba a cero, haciendo que las cadenas diesen un tirón. Golpeé el suelo con fuerza, de hecho, en la caída me hice daño en el brazo derecho. En ese instante, las luces se encendieron y frente a mí, había una puerta negra con una inscripción en rojo: Es Halloween, ¿No te apetece bromear?
De repente supe lo que había ocurrido, estaba saliendo del instituto, recordé que tenía que coger un libro de Lengua, así que entre y subí las escaleras, estaba cogiéndolo de la taquilla, para meterlo en la mochila cuando algo, o mejor dicho, alguien, con una máscara, si, recuerdo ver una máscara, parecida la cabeza de un cerdo, era muy siniestra, la persona vestía de negro. Me golpeo haciendo que quedara inconsciente.
Abrí la puerta, no lo podía creer, había otra prueba más, en este caso, se trataba de una mesa larga, con sierras circulares rodeadas con un plástico grueso. Esto me desconcertó, había ocho huecos para introducir las manos, ¿Habría más personas luchando por sobrevivir a la vez que yo?
De nuevo una televisión inició otro video:
-Hola Alberto. Lamento decirte que las personas que deberían acompañarte en esta última prueba, no han corrido la misma suerte que tu. Verás que hay una mesa con sierras y un recipiente con un medidor de líquido, tendrás que llenar ese recipiente con trescientos treinta mililitros de tu sangre para hacer que otra puerta se habrá y puedas ser libre. Tienes tres minutos para hacerlo, si no, esta puerta se bloqueará para siempre y no volverás a ver la luz del sol. ¡Que comience el juego!-
El temporizador no tardó en iniciarse y las sierras a girar, no tenia mas remedio, tenía que dar una mano por mi salvar mi propia vida.
Con miedo, introduje una mano en las sierras, estas se introdujeron en mi carne y comenzó a emanar sangre, el dolor era muy intenso, no podría aguantar mucho tiempo.
Saqué mi mano de golpe, no aguantaba más, no me atrevía a mirar, hice un gran esfuerzo y aun sin ver mi mano, volví a introducir esta en las sierras, esta vez el dolor fue aun más intenso, hasta el punto de que la sierra atravesó mi mano de un lado a otro, me desmaye por el dolor, recobre el sentido al minuto, había perdido bastante sangre y había llenado tres cuartos del recipiente, mire mi mano, estaba completamente desgarrada, dividida en dos partes y todavía podía moverla. Me dolía mucho, pero tenía que continuar, con fuerza, introduje la mano nuevamente, apretando con fuerza para que la sangre saliese rápidamente y terminar cuanto antes. Tan solo me quedaban veinticinco segundos para vivir o morir. El recipiente se llenó a falta de quince segundos, ahora podía salir, pero debía hacerlo rápido, pues si el tiempo se agotaba la puerta se bloquearía. Me levante, estaba de rodillas, pues el dolor no me permitía permanecer en pie, andaba dando tumbos de un lado a otro, pude tocar el pomo de la puerta, justo en el instante en el que el temporizador llegó a cero, bloqueando la puerta y convirtiendo esa estancia en mi ataúd.
Ahora mi primera vida ha finalizado, digo la primera, porque la segunda no ha hecho más que comenzar. Puzzle vio algo en mí, no sé que pudo ser, pero gracias a eso él me liberó, dándome una segunda oportunidad. Ahora yo soy el que continua con su sádico juego. Me ha enseñado todo lo que sabe, dijo que he sido su mejor aprendiz, el ya no está y las tardes en esta guarida son muy aburridas. Ahora quiero jugar a un juego, quien sabe si serás la persona afortunada...
ESTÁS LEYENDO
Halloween
HorrorUna historia narrada en primera persona, en la cual seré secuestrado por el asesino "Puzzle". ¿Lograré sobrevivir a sus diabólicos juegos? ¿Moriré o sobreviviré?.