Epilogo

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Al despertar, estaba aun amarrada y mi cabeza dolía mucho, sentia leves punsadas en la sien y en mi nuca. El mismo hombre con bata se me acercó he inyectó algo a mi suero.

-Desde ahora tendrás que inyectarte esto cada día o los resultados seran muy malos- comentó con una sonrisa calida que irradeaba confianza en lo que hacia. Intente hablar pero el me hizo una seña para que guardara silencio.- pronto sentirás más ánimo...- dijo mirandome a los ojos. -... en unos minutos vendrá tu padre...- dijo el joven doctor saliendo de la habitacion.

¿¿Mi padre?? Mi padre esta muerto... el no... no puede. De pronto la puerta se abrió y entra Red, sonreía como  nunca lo vi.

-me alegra de que funcionara en ti...- dijo desatando las amarras, pero solo las de las manos.

-¿Dónde estamos?.. -pregunte sintiendome un poco aliviada. Red se sento en la camilla mientras me miraba atento.

-solo es por tu bien...-dijo sin borrar su sonrisa.-tengo poco tiempo... ya me voy...- dijo mirandome.- tienes que volver a amarrarte... algo puede salir mal...- dijo volviendo a tomar las amarras.

-por...- no alcancé a terminar cuando el me hizo una seña de que no hablara.

-solo...- se detuvo.- ...nos vemos... te vendré a ver a menudo...- dijo caminando hacia la puerta.- intenta sobrevivir...- dijo saliendo de la habitacion.

---Tiempo después---

Ya han pasado 3 días y nadie quiere decirme nada, Red viene a verme una o dos veces por día pero solo se queda unos minutos, dice que ahora esta muy ocupado.

¿ Donde me encuentro?
Pues bueno... aun no estoy segura, creo que es un hospital, pero es demasiado peculiar que yo este aquí, se suponia que debería estar muerta, o mejor dicho... debería ser un Zombi... ¿porqué? ¿que es lo que ha sucedido?

Le he pronunciado estas preguntas muchas veses a Red, pero el siempre cambia el tema, evade mis preguntas...
Pero hoy se ve diferente, me llama por mi nombre y me trata con cierto cariño... se acercó a mi y me abrazo.

-tu sabes que te respeto y quiero mucho...- dijo casi susurrandome al momento de alejarse de mi a la distancia de sus brazos.

-¿por qué lo dices Red?- pregunté mirandolo a los ojos.

-nesecito un poco de tu sangre...-dijo con cierto tono frío. Lo mire atenta mientras se alejaba de mi y se sentaba en una silla junto a la camilla.- ah...- suspiro.- ya estoy viejo...- me miro, y no pude evitar sonreír.

-te vez hermosa cuando sonries...- escuche una voz proveniente de la puerta. El doctor nuevamente estaba en aquel lugar. Red lo miro atento mientras la persona de bata se acercaba a mi.- lo lamento si le molesto el comentario señor...- dijo como si no se acordara de su nombre.

-no me molestó joven...- dijo Red mirandolo serio.- Usted va a proceder con el examen?- preguntó mirado a la puerta. El doctor asintio.

-me permitiría estar a solas con su hija.-dijo el doctor mirando a Red. ¿Por qué a dicho hija?, Red no es mi padre... ¿Qué sucede aquí?.

Red se levantó y salio silencioso del lugar cerrando la puerta a su paso. El doctor se me acerco, saco una jeringa y la enterro en mi brazo tan rapido que ni me di cuenta que ya estaba sacando sangre.

-¡No! ¡Sueltame! -dije mientras forcejeaba. Una vez término lo
mire molesta, realmente me dolió. Ocupo el lugar de Red y se quedo en silencio tomando su lapiz y su libreta que en la parte posterior decia Liz Smith.

-te haré algunas preguntas y tu responderas con la verdad... ok?- me miro. Yo asentí. -tu nombre y edad?

-Liz Smith, ¿que fecha es?- pregunté mirando a todos lados en busca de un calendario.

-segun mi reloj estamos a 18 de noviembre...- dijo mirando su reloj.

-entonces en 2 días más cumplo 16 años...- respondí mirandolo.

-okey...-susurro.- mm... ¿recuerdas a tu familia? ¿cuantos eran?- preguntó mirandome de una manera seria.

-la recuerdo claramente, éramos... 5 en mi casa... o 4?, no, no... eramos 5...- dije finalmente. Realmente habia olvidado quienes estaban en mi familia.

-segura que son 5 miembros?

-si, segura.

-nunca sufriste de alergias, ni mucho menos de alguna enfermedad grave?- preguntó mirandome nervioso.

-nunca, que yo recuerde... en ningun momento...

Noté como apretaba sus labios y frunció el ceño, convirtió en dos fuertes puños sus manos y me quedo mirando.

-segura?-preguntó.

-si...- dije mirandolo a los ojos color avellana.

-No encuentras nada raro en todo esto?- preguntó serio.

-por supuesto... -confesé. El solo me miro y guardó silencio por algunos largos segundos.

-Te digo la verdad?- preguntó. Yo solo asentí. -no es lo que tu piensas... ellos- no continuo su frase y se acomodo sentado en la camilla.

-que sucede?-pregunte inpasiente y curiosa.

-sabes que sucede?- preguntó, yo asentí. Entonces se me hacerco y me besó. ¿por qué lo hacía el no debía hacerlo? -Me gustas... -susurro aun sobre mis labios.

Lo mire perpleja, casi en shock, el me acarició la mejilla y beso mi frente.

-por qué haces esto?- pregunté aljandome un poco.

-solo... no soportaría que te utilicen más... no soportaria que ellos te sigan tocando y drogando...- dijo algo decaído. Lo mire preocupada. El me devolvió la mirada.

-¿qué dices?

-ellos experimentan contigo... es solo... nada, olvidalo...- volvio a la normalidad y se torno serio.

-¿que le... sucede? ¿Quenes son ellos? ¿Que me hacen? ¿Por qué lo hacen?- pregunté desesperada. El me miro y frunció el ceño.

-olvida lo que dije, ok?- asentí. -por sierto... no me trates con formalidad... solo tengo 20 años...- dijo sentándose en la misma silla.

-lo lamento doctor...?- dije sin saber su nombre o apellido. Pues no leía muy bien el apellido en su bata.

-solo llamame Eduardo...



FIN .


TRES NOCHES ENTRE ZOMBISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora