Un dia como otro cualquiera

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Tomo el primer autobús 13 que pasa, el que me lleva a casa y de ahí a la locura. Se supone que es el de la mala suerte, pero dudo que un numero detrermine una situación, si , soy muy incrédula para estas tonterías, el caso es que me subo y me toca quedarme de pie, como cada miércoles desde hace tres años me encuentro con la misma gente en los autobuses, gente que sale de trabajar, o van a ello, solos o acompañados, al fondo veo una mujer de no más de veinte años, lleva a un niño sobre las piernas debido a la falta de asientos, aunque no creo que sea su hijo. Me gusta inspeccionar a la gente, inventar historias de su vida imaginar de donde vienen y a donde van, ademas esto hace que me olvide por un momento de los problemas que me llenan.

Llego a casa , al fin, 'la cena esta servida' se oye desde el salón, mi hermana mayor se encuentra allí, las dos vivimos solas desde que mi madre decidió que dos chicas de 14 y 20 años podían subsistir con una pensión de 3000€ , dinero no nos falta, pero si tiempo y cariño. De esto hace ya tres años. Y hace un par de meses, cuando mi hermana se dio cuenta de que no dábamos a basto contratamos a una chica para que nos ayudara en casa, viene los días laborables, de 8a3 y nos prepara la comida, hace algunas tareas y hace la compra, no parece mucho pero es lo suficiente, a veces yo cuido a su hijo por las tardes, me encanta hacerlo porque por un momento me siento querida.

Me siento a la mesa con ella, esta acabando, eso me conviene, termina, retira su plato y se va a estudiar, es suficiente, ha visto que he comido algo mas de la mitad, pero no puedo seguir hinchándome, así que recojo la mesa y tiro los restos a la basura, colocando un par de servilletas sobre lo que debería estar dentro de mi.

Autobus N°13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora