Dejamos el Pasado Atrás.

Navidad. Segunda parte.

Capítulo corregido.

15. Navidad. Segunda parte.

P.V. Hermione.

-Hermy -entró mi madre en mi cuarto, sonriendo de oreja a oreja- Ya está aquí Harry.

-Perfecto -respondí, estirando el edredón sobre la cama hecha- Ahora mismo bajo.

Había llegado el momento de dejar de nuevo a mis padres y volver al mundo mágico. Tenía todo preparado. Por lo que agarré mi baúl con una mano y con la otra un gordo plumas negro.

-Cuando quieras, Harry -hablé, cuando terminé de bajar las escaleras y posé el baúl en el suelo para despedirme de mis padres.

-Adiós, chiquilla -rio mi padre, estrujando mis huesos entre sus brazos. ¿Por qué siempre hacía lo mismo? Cualquier día de estos, me iba a romper entera...

-Adiós -susurré, mientras me despedía de mi madre- Nos veremos pronto.

-Por supuesto que sí -rio mi madre, acercándose a la puerta con nosotros.

-Adiós, señores Granger -se despidió Harry, cogiendo mi baúl, mientras yo le seguía.

-¿A dónde vamos? -pregunté, al ver que comenzábamos a andar por la acera.

-Al Caldero Chorreante, allí nos espera Arthur para ir a la madriguera -respondió Harry, cambiando el baúl de mano.

-¿Crees que deberíamos contarles a los demás lo que nos dijo McGonnagal? -pregunté, mientras esperábamos a que un semáforo se pusiera en verde.

-No lo sé... -suspiró, pasándose una mano por el pelo, despeinándose, a la vez que sonreía- Lo que tengo seguro es que a Ronald le va a dar algo.

-Esperemos que solo sea Ronald -sonreí, dirigiendo mis pensamientos a un rubio platinado.

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-Por fin llegáis -saludó la pelirroja, besando mis mejillas- Habéis tardado mucho.

-¿Enserio? -pregunté, mirando el reloj de la casa de los Weasley.

-No, mujer -rio Molly, dándome dos besos- Es un placer volverte a tener aquí.

-El placer es mío, Molly -sonreí, mientras saludaba a George, que desde la noticia de su hijo primogénito estaba mucho más animado que últimamente, pues, aunque no lo dijera, se notaba que aún le afectaba la muerte de Fred- ¿Cómo lo llevas, George?

-Vamos tirando -contestó sonriendo, mientras agarraba la mano de su esposa, Angelina, ahora Weasley.

-El otro día estuvimos aquí y no os vi -hablé mientras saludaba a Angelina, que fue la que contestó.

-Fuimos al medimago, a una revisión -contestó iluminando su rostro con un gran sonrisa- Nos dijo que era niño.

-Felicidades -sonreí, mientras acariciaba su vientre.

-Venga date prisa, Herms -me interrumpió la pelirroja tirando de mí hacia su cuarto- Tenemos que hablar de muchas cosas.

-¡Pero si nos vimos el otro día! -me quejé siguiéndola- Que va a haber pasado de interesante.

-Lo que sea -rio, entrando en su cuarto y tirándose en la cama- Pasado mañana vamos a casa de Pansy.

-Perfecto -reí, echándome con ella- Bueno, pues cuéntate algo, ¿no?