Cosas de Adultos

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Sentada en uno de los sillones de la gran mansión se encontraba Liz, apoyaba su codo en su rodilla mientras que su mano sostenía su mentón. Jugaba con la cuchara de su bebida, tenía una expresión triste. Patty bajó corriendo enérgicamente las escaleras con un dibujo en su mano. Se acercó a Liz.

-¡ONEE-CHAN, ONEE-CHAN!- Le mostró la hoja que llevaba en sus manos. Había una jirafa dibujada en medio de lo que parecía ser una selva.- ¡¿Te gusta?!- Liz miró de reojo el dibujo de su hermana.

-Está muy bonito, Patty.- Su tono de voz era apagado, cosa que no pasó desapercibida por Patty.

-¿Hu? ¿onee-chan, que pasa?- Liz suspiró.

-Ah, tu hermana esta aburrida, Patty...

-¿Aburrida? ¡Ya sé! ¡TE ACOMPAÑARÉ A COMPRAR ROPA!

-Patty... En realidad no estoy de humor para compras.- ¡¿QUE?! Esto es nuevo.

-Oh, onee-chan, esto es serio.

-Patty, llega un momento en que los adultos están cansados de todo y, simplemente no saben que hacer...

-¿Adultos? ¡onee-chan, tu apenas tienes 20 años!

-No importa la edad... ¿Por que no le pides a Kid que te lleve al zoológico, eh? De seguro quieres ver a las jirafas de nuevo...

-No puedo, el señor que las cuida dijo que ya no me acercara a las jirafas por que las asusto.

-¿Ah? ¿No te molestaste?

-¡Claro que si! Pero Kid me dijo que no lo golpeara.

-Ya veo...- Durante la conversación, Liz jamás cambió su tono triste. Pasaron unos minutos en silencio. El único sonido era la cuchara golpeando la delicada taza de porcelana.

-Ya sé...- Murmuró para si misma Patty.

-¿Que dijiste, Patty?

-¡Oh, nada onee-chan!- Luego Patty se alejó de su hermana y caminó con sus manos entrelazadas en su espalda, dispuesta a salir por la puerta.

-¿Donde vas?- Preguntó su hermana mayor desde la otra sala.

-Por ahí...- Salió de la casa.

No sé que hacer. No hay con quien luchar, ha pasado mucho tiempo desde que la última vez que me convertí en pistola. El kishin fue derrotado, todos están de pareja, yo no tengo novio... Todo está tan calmado...

Ya no tiene sentido. ¿De que sirve tener sangre de arma en un mundo como este? Ya no hay peligro, nadie tiene tiempo, ya no hay nada. No hay nada... En estos momentos me gustaría estar en un lugar terrorífico, esos a los que tanto temo. Al menos sentiría el miedo, la adrenalina para salir de allí y el alivió cuando lo logre. Pero ya no siento nada.

~.~.~

Patty caminaba alegremente por las calles de Death City. Su destino era la casa de Tsubaki. ¿Por que? Fácil, ahí estaba la persona que ella estaba buscando.

Se retrasó bastante ya en el camino se detuvo varias veces por que cualquier cosa le llamaba la atención. Así era Patty. También compró dos helados, los cuales se estaban derritiendo bastante.

Al otro lado de la calle estaba ca casa que compartía Tsubaki y Black Star.

Cruzó y tocó la puerta repetidas veces.

Tsubaki la recibió con una sonrisa.

-¡Patty-chan, que gusto verte!- La saludó.

-¡Tsubaki, te traje helado!- Le otorgó el helado que había comprado anteriormente. Aunque estaba muy derretido, Tsubaki lo tomó con gusto. La invitó a pasar. Cuando entró en la sala principal, pudo ver a Soul, Black Star y Ragnarok, sentados en el suelo jugando con la consola, como si ganar fuera de vida o muerte.

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